Fisiológicos. Factores idénticos a los

considerados en el estómago, pues aquí tam-bién

afecta el pH de cada tramo intestinal y

el ritmo de llegada por vaciado estomacal.

Farmacoterapéuticos, entre los que

destacan:

• Forma de administración. En ayunas la

absorción es mucho más rápida que

cuando el medicamento se diluye en la

masa alimenticia. La administración del

medicamento incorporado en líquidos o

mejor con líquidos calientes, favorece el

coeficiente de solubilidad y provoca una

ligera hiperemia en la zona, que facilita la

difusión. La administración del medica-mento

con grandes volúmenes de líquido,

favorece la evacuación del estómago y el

paso más rápido al intestino.

• La administración del medicamento

junto con sustancias descamantes, natura-les

como bilis o artificiales como sales

magnésicas, provoca un raspado químico

de la pared intestinal que favorece o posi-bilita

la absorción, que de otro modo

hubiera resultado muy lenta o nula (ejem-plo,

vacunación antitífica por vía oral).

El empleo simultáneo de medicamentos

puede originar interacciones. En general

no convienen las asociaciones, pues se for-man

con frecuencia ésteres, sales o com-plejos

que dificultan la absorción, como es

el caso de las tetraciclinas y los cationes

divalentes y trivalentes formadores de que-latos

no absorbibles.

Tecnológicos o galénicos. Inciden diver-sos

aspectos (12 a 17), relacionados con:

La forma cristalina del fármaco influye

en la absorción como consecuencia de

mortificarse el coeficiente de solubilidad

de forma favorable. Así ocurre con las for-mas

polimorfas (vitamina B 2 ), amorfas

(acetato de cortisona) y solvatos diversos

(acetónido de triamcinolona).

El estado físico de la forma farmacéutica

en relación con su disolución en los jugos

digestivos; tanto los principios activos

disueltos como las soluciones acuosas o

hidroalcohólicas, tendrán menos dificultad

para ser absorbidos que esos mismos prin-cipios

activos al estado de polvos fina-mente

divididos y éstos, menor que si se

encontraran como formas encapsuladas o

compactadas. Ello demuestra la importan-cia

del grado de división de las partículas,

pues la mayor división implica un incre-mento

superficial que favorece la veloci-dad

de disolución (ecuación de Noyes-Whitney);

en sólidos finamente divididos

por micronización (griseofulvina, espiro-nolactona,

sulfamidas, cloranfenicol, etc.),

se ha podido observar una mejora en la

absorción intestinal que ha.supuesto una

reducción de la dosis administrada. Asi-mismo,

se ha comprobado la influencia

positiva del menor tamaño de partícula de

la fase dispersa de suspensiones y emulsio-nes

sobre la absorción. De todo lo anterior

puede concluirse que la forma farmacéu-tica

afecta a la absorción, que aumenta

según:

Gragea .Comprimido .

.Cápsula .Polvo

.Suspensión .Emulsión 0/A

.Solución acuosa.

Los componentes de la formulación

intervienen en varios sentidos. Pueden

favorecer la absorción por formar asocia-ciones

con los principios activos, más

fácilmente absorbibles. De los múltiples

ejemplos que relata la literatura farmacéu-tica,

entresacamos la formación de: mez-clas

eutécticas (sulfatiazol/urea), comple-jos

(clorhidrato de tetraciclina/clorhidrato

de glucosamina o de tetraciclina

base/hexametafosfato sódico), mezclas físi-cas

(vitamina B 6 /D-sorbitol), asociación a

macromoléculas no absorbibles y de carga

eléctrica semejante al principio activo

(efecto Donnan) o adición de tensioacti-vos.

Estos últimos facilitan la absorción

propiciando la mojadura de los fármacos

al contacto de los jugos digestivos. Ha de

tenerse en cuenta que este efecto, en prin-cipio

beneficioso, puede resultar a veces

desfavorable por facilitar la alteración de

los principios activos.

Cuando en una formulación se incluyen

componentes hidrófobos (estearato magné-sico/

talco en forma sólidas) se retrasa la

absorción por dificultar la mojadura de la

forma farmacéutica y su disgregación/disolu-ción.

Pero esa misma razón justifica la incor-15.poración intencionada de excipientes hidró-fobos

retardadores de disgregación/disolu-ción

cuando se trata de proteger de la acción

de los jugos gástricos (protección de la

forma farmacéutica mediante cubiertas) o de

programar la absorción para obtener formas

farmacéuticas de liberación controlada, con

el objetivo de prolongar, retardar o sostener

la acción del fármaco, como se verá en otro

capítulo de esta obra.

Colon

El íleon está separado del intestino grueso

por una especie de repliegue muscular (vál-vula

ileocecal) en la luz del colon, que impide

el reflujo del colon hacia el íleon. Se distin-guen

a continuación varias regiones colónicas

(ascendente, transverso, descendente, ilíaco y

pélvico), terminando en el recto, zona que se

estudiará dentro del capítulo biofarmacéutico

dedicado a las formas de administración rectal.

El colon tiene aspecto ondulado y está

formado por cuatro capas, destacando, al

igual que en el intestino delgado, la muscu-lar

y la mucosa, esta última espesa y des-provista

de pliegues y vellosidades, y de

baja actividad secretora.

Posee ligero movimiento de vaivén que lleva

a un tránsito lento. Su vascularización es por

vía linfática y sanguínea, determinando el paso

por el hígado (por lo que los principios activos

que pudieran absorberse a este nivel no esca-pan

del efecto de primer paso hepático).

En el ciego se desarrolla una variada flora

microbiana. Algunos microorganismos son

capaces de atacar ciertas cubiertas de celu-losa

para extraer el almidón. Otros pueden

segregar sustancias que interfieren en la

actividad de los medicamentos (es el ejem-plo

de las penicilinasas que degradan la

penicilina) o el de las sustancias que favore-cen

la absorción de ciertas vitaminas, etc.

Todo lo dicho indica que el colon no es

una zona excepcional y de vital importan-cia

para la absorción de fármacos.

Resumen de los factores que influyen

en la absorción por vía oral

Por todo lo visto en epígrafes anteriores

existen toda una serie de factores que

tomados en su conjunto y esquematizados,

son los siguientes:

Superficie de absorción: De particu-lar

importancia en el intestino delgado,

que favorece la duración del contacto con

el fármaco y por consiguiente la absorción.

Edad del paciente: Sistemas enzimáti-cos

inmaduros (lactantes, recién nacidos),

disminución de los fenómenos de absor-ción

(ancianos) que llevan a fenómenos de

intolerancia a ciertos fármacos y a actuar

con prudencia a la hora de establecer la

posología en ambos tipos de pacientes.

Naturaleza de la membrana absor-bente,

que conduce fundamentalmente a

la absorción por difusión pasiva, aunque

en el intestino pueden darse todos los tipos

de transporte.

Rapidez del tránsito: En íntima rela-ción

con el tiempo de permanencia y

vaciado gástrico como se ha visto,

adquiere especial importancia por su lenti-tud,

en el intestino delgado.

pH de la zona de absorción: Permite

la disolución y la absorción y se aprovecha

para la elaboración de formas gastrorresis-tentes

o de acción programada.

Tensión superficial: La presencia de

sales biliares en el intestino delgado y estó-mago

por reflujo, determina un valor de ten-sión

superficial bajo. Ello facilita la humec-tación

y la disolución de las partículas de

fármaco en fase previa a la absorción.

Viscosidad de los fluidos digestivos:

Su alto valor dificulta la humectación,

frena la disolución y retarda la difusión de

las moléculas de fármaco e incluso pro-longa

el tránsito en el tracto gastrointesti-nal.

Componentes del medio gastrointesti-nal:

Mucina permite la formación de com-plejos

con algunos fármacos, sales biliares

que forman micelas, iones calcio, magne-sio

y hierro, formadores de quelatos, que

pueden frenar o impedir la absorción de

algunos fármacos. La producción de enzi-mas

por las glándulas o flora intestinal,

puede conducir a la degradación con inac-tivación

de ciertos fármacos o provocar su

liberación desde la forma farmacéutica,

16.por digestión de sus cubiertas.

Alteración de las funciones secreto-ras:

Problemas de tránsito o de absorción,

son aspectos patológicos de influencia

notable en la absorción.

Cinética de liberación de formas

farmacéuticas líquidas administradas

por vía oral

La forma farmacéutica, su composición

y forma física, influye sobre la biodisponi-bilidad

de los fármacos en ella incorpora-dos,

pues modifican el tiempo de puesta a

disposición del organismo. Dentro de las

formas farmacéuticas de administración

oral, son las líquidas mejor y más rápida-mente

disponibles que las sólidas.

Puesto que este capítulo está consa-grado

al estudio de las formas líquidas, tan

sólo haremos un comentario de las mismas

y, dentro de ellas, según que el principio

activo se encuentre bajo el sistema fisico-químico

solución, suspensión o emulsión.

La formulación más favorable para la

absorción es la que dispone al principio

activo en su forma activa, en solución y, s i

el mecanismo de paso a través de la mem-brana

biológica supone transporte pasivo,

al estado no ionizado. De ello se deduce la

necesidad de elegir un vehículo acuoso

para cualquier producto poco hidrosolu-ble,

lo que ocurre con numerosos fárma-cos,

si bien es deseable que dicho vehículo

sea hidromiscible con el fin de que se

pueda mezclar con los jugos digestivos y

que pueda cubrir y contactar mejor con la

mucosa absorbente.

Muchos de los vehículos hidromiscibles

utilizados en las formas farmacéuticas

líquidas que estudiaremos (glicerina, pro-pilenglicol,

polietilenglicoles, etc.), o sus

mezclas acuosas poseen la constante die-léctrica

adecuada para solubilizar gran

número de fármacos poco hidrosolubles,

originando soluciones fácilmente diluibles

en los fluidos del aparato digestivo. Otros

vehículos permiten disolver al estado de

solución micelar algún principio activo de

naturaleza liposoluble gracias al uso de

tensioactivos utilizados a concentraciones

superiores a la micelar crítica. También se

utilizan vehículos de carácter oleoso pero

hidrodispersables que permiten vehiculi-zar

disueltos, principios de naturaleza lipo-soluble.

En todos los casos, la cinética de

liberación se realiza de acuerdo con el

esquema de la fig. 3, en la que se muestran

los factores influyentes en cada una de las

etapas que transcurren.

Cuando el fármaco se encuentra en sus-pensión

como sólido finamente dividido

también presenta condiciones inmejorables

para la absorción, una vez que la pequeña

fracción disuelta en el vehículo haya sido

absorbida. En efecto, el fármaco además de

encontrarse en la suspensión finamente

dividido está finamente dispersado y acom-pañado

de humectantes capaces de permi-tir

su miscibilidad con el medio acuoso de

los fluidos gastrointestinales. la cinética de

liberación transcurre en dos fases: solubili-dad

del principio activo en forma activa en

la fase externa y absorción del principio

activo disuelto. En la primera fase intervie-nen

las características propias del principio

activo y la posibilidad de formación de

micelas por influjo de los tensioactivos de

la formulación, viscosidad elevada, con-centración,

forma y granulometría de las

partículas, que en particular deben ser

homogéneas y no presentar fenómenos de

recristalización durante el período de alma-cenamiento,

que frenarían la velocidad de

disolución, ni fenómenos de modificación

en la forma cristalina. El esquema de la fig.

4 refleja cuanto se ha dicho.

Cuando el principio activo va como

emulsión para facilitar la absorción se pre-sentan

como sistemas de fase externa

acuosa (O/A) en los que el principio activo

constituirá la fase interna por su carácter

lipofílico o irá en solución en la fase

interna oleosa. No obstante, se han descrito

los mecanismos de liberación (18) para los

dos tipos de emulsiones (O/A y A/O). En los

sistemas 0/A la trayectoria es muy sencilla

(fig. 5-A). La cinética de liberación transcu-rre

en dos etapas: difusión del principio

activo desde la fase oleosa (interna) a la

fase externa y la difusión desde ésta a la

membrana biológica. Hay que matizar que

17.18

Fig. 3.- Liberación de principios activos a partir de soluciones orales..19

Fig. 4.- Liberación de principios activos a partir de dispersiones (suspensiones y emulsiones) orales..el principio activo se considera libre y dis- puesto para la absor-20

Fig. 5.- Transferencia

de principios activos

solubilizados en

emulsiones.

Fig. 6.- Mecanismos

de liberación de

principios activos en

suspensión, en las

fases de una emul-sión

O/A

Fig. 7.- Mecanismos

de liberación de

principios activos

en suspensión, en

las fases de una

emulsión A/O.ción después de disolverse en la fase

acuosa externa o en los jugos digestivos.

En la primera de las etapas intervienen

los factores citados en la fig. 4: coeficiente

de reparto del principio activo entre los

vehículos de las dos fases, tamaño de las

microgotas de la fase interna y viscosidad

de la fase dispersa en la que el principio

activo se encuentra en solución. En la

segunda intervienen factores como la for-mación

de complejos con las sustancias

viscosizantes estabilizadoras de la emul-sión

y, la viscosidad que éstos comunican

al medio, aspectos ambos que dificultan la

absorción; también influyen los emulgen-tes

tensioactivos que en ocasiones pueden

formar con los principios activos, comple-jos

de distinta absorbabilidad o actuar

modificando las propiedades de la mem-brana

absorbente.

Pero además del sistema emulsionado

0/A, una parte del principio activo puede

aparecer como solución micelar formada

por un exceso de tensioactivo. En este caso

la absorción será a partir de la fracción

libre o la que se encuentra atrapada en la

fase micelar; entre las dos fracciones se

establece un equilibrio hasta el agota-miento

del principio activo. Para emulsio-nes

tipo A/O el proceso de liberación com-prende

dos etapas secuenciales: difusión a

la fase externa oleosa y paso al medio bio-lógico

ambiental acuoso (fig. 5-B).

La situación es más compleja aún si el

principio activo se encuentra parcialmente

en suspensión en la fase interna o externa

de una emulsión, o en las dos a la vez (figs.

6 y 7). Teóricamente, pueden darse varias

situaciones según la solubilidad y la distri-bución

del principio activo. Si la sustancia

está dispersada en la fase oleosa de una

emulsión 0/A (fig. 6), dos vías le permiten

alcanzar el medio biológico. La sustancia

activa puede solubilizarse en la fase oleosa

y después asar al medio acuoso por difu-sión,

influyendo el coeficiente de partición

(I). Si la sustancia activa es insoluble en el

vehículo lipídico, puede alcanzar la inter-

fase por sedimentación o por difusión

browniana, según la dimensión de las par-tículas,

y se disuelve a su llegada al medio

acuoso (II). En cuanto a la liberación de la

fracción suspendida en la fase externa (III),

dependerá de la velocidad a la que ésta se

Disuelva, regida por la solubilidad del

principio activo y por los diferentes equili-brios

que regulan el conjunto:

Fase oleosa Fase acuosa

Fase micelar Fase libre

Fase acuosa .Membrana .Sangre

Un razonamiento semejante permite

suponer varios procesos para los sistemas

A/O (fig. 7).

A partir de la fase interna acuosa, el prin-cipio

activo ganará la fase oleosa por difu-sión

de la fracción disuelta (I) o por sedi-mentación

o difusión de las partículas sólidas

hacia la interfase (II). La sustancia activa de la

fase externa alcanzará el líquido corporal

acuoso por los mismos procesos (III y IV).

Los mecanismos de absorción de los

medicamentos incorporados a las emulsio-nes

0/A han sido bien estudiados y descri-tos.

Según la relación de volúmenes de las

fases, la naturaleza o la concentración del

tensioactivo y las propiedades fisicoquími-cas

del principio activo, la absorción

puede efectuarse a partir de los tres consti-tuyentes

componentes del sistema disperso

21

Fig. 8.- Mecanismos de absorción de princi-pios

activos incorporados en emulsiones.

.. ...(fig. 8). En el primer caso, el más frecuente,

la sustancia medicamentosa es absorbida

directamente a partir de la fase acuosa

externa sin intervención de micelas. En

otras situaciones, las micelas intervienen

atrapando y facilitando la absorción a nivel

de la capa mucosa. Con los derivados lipo-solubles,

las microgotículas oleosas de

aceite se comportan de la misma manera

que las micelas, asegurando la liberación

en la interfaz mucus-epitelio. En algunos

casos, las microgotículas oleosas fran-quean

la barrera intestinal con el principio

activo que encierran por pinocitosis u otro

mecanismo semejante.

Se pueden establecer normas de carác-ter

general, susceptibles de excepciones

tras estudios realizados por perfusión en

intestino grueso de rata:

— Los principios activos disueltos en la

fase oleosa son absorbidos después de su

paso a la fase acuosa;

— Para sustancias cuyo coeficiente de

partición es favorable a la fase lipídica

(mayor de 1) el factor crítico es la cantidad

presente en la fase acuosa y no la concen-tración

de la emulsión;

— Si el coeficiente de partición

lípido/agua es inferior a la unidad, la

absorción depende de la relación de volú-menes

de las fases.

Como se dijo, la absorción por vía diges-tiva

pone en circulación a los principios

activos por la vena porta, pero interviene

también la vía linfática en el caso de sustan-cias

muy lipofílicas (vitamina A y sus deriva-dos

u otros aceites naturales). Así pues, las

formas emulsionadas y los vehículos lipídi-cos

coadyuvados por los constituyentes de

la bilis, sea por flujo natural en el lumen

intestinal o por adición previa en la forma

farmacéutica, favorecen la vía linfática.

El camino es, por supuesto, complemen-tario

de la vía portahepática y su impor-tancia

relativa depende de las propiedades

del principio activo. Así, interviene la natu-raleza

del excipiente lipídico; se sabe que

el número de átomos de carbono de los

ácidos grasos favorecerá una vía u otra (los

de cadena superior a 14 átomos de car-bono

utilizarán preferentemente la vía lin-fática

y los que estén comprendidos entre

8 y 12, la vena portahepática).

A veces, el principio activo al estado

líquido o semilíquido puede ir incluido en

Cápsulas gelatinosas blandas. En este caso,

su disponibilidad va precedida por la obli-gada

ruptura de la cápsula (4 a 7 minutos)

y posterior difusión de su contenido.

2. Ventajas

Las formas líquidas han desempeñado un

relevante papel desde tiempo pasado, sobre

todo cuando las formas sólidas más moder-nas

eran aún desconocidas (comprimidos,

cápsulas). Muchas ventajas las justifican y

convierten en formas de elección (2):

— Son aceptadas por un segmento de

pacientes con dificultades de deglución

(lactantes, niños, ancianos, etc.).

— Permiten variar la posología

siguiendo la indicación médica.

— Se prestan con facilidad a edulcora-ción,

aromatización y coloración, sosla-yando

características organolépticas desa-gradables

del principio activo.

— Al disolver o, en general, dispersar el

principio activo se modifica alguno de los

siguientes efectos:

• Se atenúa el poder irritante de la

mucosa gástrica.

• Se facilita la absorción y consecuente-mente

la acción terapéutica, por no necesi-tar

disgregación y disolución previas (mejor

biodisponibilidad que las formas sólidas).

— Para algunos principios activos sólo

es posible esta forma farmacéutica: fárma-cos

higroscópicos, delicuescentes y deter-minados

líquidos no aptos para presenta-ción

en formas sólidas.

3. Inconvenientes

Al lado de las ventajas pueden señalarse

algunos inconvenientes:

22.— La administración de la misma canti-dad

de principio activo exige mayor volu-men

que en forma sólida.

— Se acentúan los problemas de inesta-bilidad

e incompatibilidad, aspectos sub-sanables

si la preparación líquida es

extemporáneo.

— El sabor desagradable de los fármacos se

aprecia más fácilmente. Problema reparable

con la inclusión de correctivos organolépticos.

4. Aplicaciones

La vehiculización de fármacos mediante

formas farmacéuticas líquidas orales,

encuentra gran aplicación dentro del arse-nal

terapéutico actual.

Un estudio de las formas de presenta-ción

de las especialidades farmacéuticas

(19), ha permitido agruparlas según el sis-tema

fisicoquímico: sistemas solución, sus-pensión

o emulsión. En cada uno se han

incluido grupos terapéuticos pertenecien-tes

a diferentes aparatos o sistemas. Como

soluciones (gotas, jarabes, elixires) se

administran medicamentos indicados para

combatir enfermedades del:

— Aparato digestivo:

Antieméticos (belladona, metopimazina).

Estimulantes de la motilidad intestinal

(ortopramidas).

Soluciones complejas de hepatoprotec-tores.

Laxantes y antidiarreicos.

Antiinfecciosos gastrointestinales aso-ciados

o no a antidiarreicos.

Soluciones para rehidratación por vía oral.

Suplementos de potasio, magnesio, hierro.

Polivitamínicos.

Estimulantes del apetito, tónicos y

reconstituyentes.

— Sistema cardiovascular:

Digitálicos, analépticos, vasodilatadores

coronarios, antagonistas del calcio, vasodi-latadores

cerebrales y periféricos.

— Antibióticos y antiparasitarios:

Penicilinas, tetraciclinas, cloranfenicol.

Amebicidas, antihelmínticos.

— Sistema nervioso central:

Antiepilépticos, antipsicóticos, ansiolíticos.

— Aparato respiratorio:

Broncodilatadores, antitusígenos, muco-líticos,

expectorantes, medicamentos con

asociaciones de los anteriores.

Pueden establecerse algunas reglas de

carácter general, aunque no exentas de

excepciones:

— Los jarabes son la forma preferente de

vehiculizar fármacos con actividad sobre

el aparato respiratorio, los dirigidos a la

población infantil y aquellos cuya dosis

terapéutica requiere la administración de

varios mililitros.

— Cuando la dosis es muy pequeña se

administran en gotas, siendo el excipiente

acuoso con escasa corrección organolép-tica

(medicamentos cardiovasculares,

antiepilépticos, ansiolíticos, antipsicóti-cos).

Esta es la forma preferente para la

administración de medicamentos a lactan-tes.

— Si la eficacia terapéutica requiere la

ingestión de un volumen considerable de

medicamento, se facilita la administración

acondicionándola en viales o ampollas

bebibles. Son ejemplos clásicos los polivita-mínicos,

estimulantes del apetito, tónicos,

reconstituyentes y suplementos de hierro.

El sistema suspensión oral encuentra un

amplio campo de aplicación en dos grupos

concretos:

a) Antiácidos (Almagato, Almasilato,

Magaldrato, sales de magnesio y aluminio,

etc.), y las asociaciones de éstos con antie-méticos,

estimulantes de la motilidad gas-trointestinal,

antiflatulentos y otros.

b) Antibióticos y quimioterápicos en

general: penicilinas, cefalosporinas, macró-lidos,

rifamicina, sulfamidas asociadas o no

con trimetoprim, desinfectantes urinarios

23.(nitrofurantoína, ácido pipemídico), etc.

Estos quimioterápicos pueden estar aso-ciados

con fármacos de diversos usos

broncodilatadores, mucolíticos, expecto-rantes,

etc.).

Puede concluirse que el número de espe-cialidades

de elaboración extemporánea

supera a las suspensiones preparadas. Son

dos las causas fundamentales: la estabilidad

química del fármaco y el predominio del

acondicionamiento en dosis unitaria como

polvo o granulado. Esta opción favorece la

administración y el cumplimiento terapéu-tico,

esencial para la ausencia de recidivas.

Para considerar los aspectos fisicoquími-cos

en relación a la formación y estabili-dad

de las formas farmacéuticas líquidas

de administración oral, ha de tenerse en

cuenta que, en cualquier caso, se trata de

sistemas dispersos. Estos se definen como

aquellos en los que una o más sustancias,

fase interna o discontinuo, se distribuye o

interpone en otra, fase externa, continua o

medio de dispersión. Ambas fases pueden

ser sólidas, líquidas o gaseosas. El sistema

presenta una cierta homogeneidad y sus

características recuerdan a las del medio

de dispersión.

Los sistemas dispersos abarcan desde los

que tienen un tamaño de partícula de fase

dispersa tan pequeño que el sistema apa-rece

homogéneo y transparente, llamados

soluciones verdaderas, hasta los sistemas

dispersos groseros o heterogéneos, entre

los que mencionamos mezclas de polvos,

soluciones coloidales, suspensiones, emul-siones

y otros. Su clasificación en función

del tamaño de partícula de la fase dispersa,

se recoge en la tabla V (20).

En su elaboración hay una serie de fac-tores

comunes a todos ellos, tales como:

— Elevado grado de división de la fase

dispersa. En general, la interposición se

24

Fundamentos fisicoquímicos

Tabla V

Sistemas dispersos: Clasificación

Denominación Tamaño de Fase dispersa Características Ejemplos

partícula (estado físico)

Solución ø < 1 nm Sólido Partículas de tamaño mo- Jarabes.

Líquido lecular o iónico. Filtran, di- Elixires.

funden y dializan. Son Colutorios, etc.

transparentes.

Disp. coloidales 1 nm < ø< 1 µm Sólido Partículas visibles al mi- Mucílagos

croscopio electrónico. No

atraviesan membranas im-permeables.

Difunden len-tamente.

Movimiento brow-niano.

Disp. groseras. ø > 1 µm Sólido Partículas visibles al mi- Suspensiones.

Líquido croscopio óptico. No fil- Emulsiones.

tran. No difunden.

El sistema emulsión es francamente

minoritario en las formas líquidas orales,

pues también lo es el número de fárma-cos

líquidos de carácter insoluble. Prácti-camente

se reduce a siliconas antiflatu-lentas

y al laxante parafina líquida, pues-to

que las vitaminas liposolubles A y K

que antes engrosaban este capítulo, se

han sustituido por sus sales sólidas o cáp-sulas

de gelatina elásticas..facilita disminuyendo el tamaño de partícula

de la fase interna, es decir, aumentando su

grado de división. De esta forma se consigue

el fin pretendido en la dispersión: dividir una

sustancia en el seno de otra.

Temperatura, cuyo aumento favorece

la formación del sistema disperso, ya que

en estas condiciones no sólo disminuye la

viscosidad del medio de dispersión, sino

que además se incremento el coeficiente

de solubilidad y la velocidad de disolución

del producto a dispersar.

En definitiva, al aumentar la temperatura

se da mejor cualquier proceso de difusión

y transferencia. No obstante, en este caso

también hay excepciones.

— Adición de coadyuvantes, que facili-tan

la interposición o incrementan la esta-bilidad:

Se favorece la disolución del yodo o de

cafeína, añadiendo yoduro potásico o sali-cilato

sódico, respectivamente.

También se añaden sustancias viscosi-zantes

para mejorar la estabilidad de sus-pensiones

y emulsiones y, en estas últimas,

se incorporan agentes tensioactivos que

disminuyen la tensión interfacial y, facili-tan

su formación.

Agitación vigorosa: para interponer

una sustancia en otra, es necesaria una

fuerza mecánica que las agite mutuamente,

aumentando la superficie de contacto, para

que una de ellas quede rota y múltiplemente

dividida en el seno de la otra.

Por tanto, sin una fuerza mecánica inicial

que actúe interponiendo las dos fases entre

sí, no puede formarse prácticamente nin-gún

sistema disperso. El que sea más o

menos estable, dependerá de otros factores.

Se necesita pues, un sistema de agita-ción,

ya que el incremento de superficie

que se consiga o la superficie de contacto

entre las fases está directamente relacio-nada

con la energía aplicada (ec. 1):

.G = .A x ã (ec. 1)

Donde:

.G se puede considerar como la energía

libre asociada a la superficie de la interfase

o como el trabajo necesario para modificar

1 cm 2 la superficie de la interfase.

.A es la superficie de contacto entre las

fases y ã , la tensión interfacial.

Según esta ecuación, cuanta más ener-gía

apliquemos, mayor será el incremento

del grado de dispersión y de la superficie

de contacto entre las fases. Sin embargo,

otro parámetro que podemos modificar

para conseguir este mismo incremento

superficial es la tensión interfacial, pues

necesitaremos aplicar menos energía al

sistema si conseguimos reducirla, alcan-zando

el mismo grado de dispersión.

A continuación se consideran los facto-res

condicionantes de cada sistema dis-perso

en particular teniendo en cuenta

que, para las formulaciones destinadas a la

vía oral, los más utilizados son las solucio-nes

(sistemas homogéneos), suspensiones y

emulsiones (sistemas heterogéneos). Se

omiten las soluciones coloidales, pues se

emplean casi exclusivamente como auxi-liares

tecnológicos para aumentar la visco-sidad

de los anteriores.

1. Soluciones

Sus fases (soluto y disolvente) constitu-yen

un todo homogéneo apreciándose una

única fase (monofásicos). En su formula-ción,

intervienen los factores siguientes:

A) Factores extrínsecos:

— Agitación.

— Temperatura.

— Aditivos y coadyuvantes.

B) Factores intrínsecos:

1. Dependientes del soluto:

— Grado de división.

— Constitución química.

— Grado de ionización.

— Polimorfismo.

2. Dependientes del disolvente:

— Constitución química.

25.— Constante dieléctrica

— pH del disolvente.

Entre los extrínsecos:

Agitación vigorosa. De esta forma las

capas de disolvente que envuelven las par-tículas

del sólido se van saturando de

soluto y éste, a su vez, se transfiere al seno

de la masa de disolvente; simultáneamente

se renuevan las capas de disolvente que

rodean a las partículas.

Temperatura. Con ella se consigue dis-minuir

la viscosidad del disolvente y, ade-más,

que la superficie del soluto sufra una

desorganización molecular que permite el

paso de moléculas al seno de la disolución.

La mayoría de los sólidos se disuelven

mediante un proceso endotérmico: requie-ren

calor para conseguirlo (calor de disolu-ción

expresado en cal/mol), apreciándose

un aumento de solubilidad con la tempera-tura.

Otros, los menos, se disuelven peor en

esas condiciones, puesto que el proceso se

realiza exotérmicamente con liberación de

calor. Puede referirse aún, un caso interme-dio,

como el del sulfato sódico decahidra-tado:

su disolución es endotérmica (la diso-lución

va aumentando progresivamente)

hasta unos 32,4 ºC, temperatura a la que

pierde agua de cristalización y a partir de

ella la sal anhidra posee una disolución exo-térmica,

disminuyendo su solubilidad a

medida que aumenta la temperatura.

Aditivos y coadyuvantes, útiles para

incrementar la solubilidad, como veremos

a continuación.

Los factores intrínsecos serán tratados en

el siguiente epígrafe (incremento de la solu-bilidad

y de la velocidad de disolución).

INCREMENTO DE LA SOLUBILIDAD Y DE

LA VELOCIDAD DE DISOLUCION

El vehículo o disolvente más empleado en

la práctica farmacéutica y en particular en

formulaciones de administración oral es el

agua purificada (destilada o desionizada), en

base a su pequeño tamaño molecular, alta

polaridad y constante dieléctrica, y capaci-dad

de formar puentes de hidrógeno. Estas

propiedades junto a la perfecta tolerancia

por el organismo, hacen que el agua sea el

disolvente de elección para casi todas las

sustancias activas.

Sin embargo, también deben analizarse

las consecuencias negativas que estas mis-mas

propiedades tienen sobre algunas

moléculas, provocando su degradación

hidrolítica con inactivación terapéutica.

Algunas sustancias terapéuticamente

activas no son solubles a las concentracio-nes

requeridas, por lo que el formulador se

ve obligado a utilizar recursos técnicos

para aumentar la solubilidad y/o la veloci-dad

de disolución. En este sentido, se llega

a obtener soluciones que podemos deno-minar

impropiamente «inducidas» u

«obtenidas por inducción», pues hay que

provocar o forzar la solubilidad. Esto se

puede lograr por distintos caminos que

resumimos en la tabla VI (21).

A. Modificaciones del soluto

A.1. En su estructura química

La constitución química es determinante

de la polaridad o apolaridad de la molécu-Tabla

VI

Técnicas para modificar la solubilidad y/o la

velocidad de disolución

MODIFICACIONES DEL SOLUTO

— En su estructura química:

Procedimientos fisicoquímicos:

Control de pH.

Procedimientos químicos:

Modificaciones estructurales.

— En su estructura física:

Uso de polimorfos.

Modificación de tamaño de partícula.

Uso de dispersiones sólidas.

Formación de complejos.

MODIFICACIONES DEL DISOLVENTE

Control del pH.

Uso de codisolventes.

Uso de sustancias hidrotropizantes.

Solubilización micelar.

26.la, por lo que controlando el pH ésta se

polariza y podemos lograr su hidrosolubi-lidad,

salificando la porción polarizada.

Asimismo, mediante la introducción de

radicales químicos en la molécula original

y/o su transformación en sales, podrá morti-ficarse

su solubilidad en agua. Constituye

un problema que el químico-farmacéutico

dará resuelto mediante la síntesis de una

nueva estructura que a su mayor solubilidad

añada suficiente estabilidad y, si es posible,

mejore las cualidades terapéuticas de la ori-ginal.

Citemos como ejemplos los derivados

solubles de menadiona: menadiona bisul-fito

sódico o menadiona difosfato potásico.

A.2. En su estructura física

Polimorfismo. Como consecuencia de

la distinta forma de conducir la cristaliza-ción

de una sustancia (disolvente, tempera-tura,

concentración, tiempo, reposo, etc.)

se pueden obtener distintas formas cristali-nas

o polimorfos (22). Estos son especies

químicamente idénticas, con diferentes

propiedades fisicoquímicas (punto de

fusión, densidad, hidrosolubilidad, veloci-dad

de disolución, estabilidad, etc.): en las

distintas estructuras cristalinas hay conteni-dos

energéticos diferentes, como conse-cuencia

de las fuerzas intermoleculares que

prevalecen en cada variedad. A este res-pecto,

es sabido que las configuraciones

más desordenadas (formas amorfas y pseu-dopolimorfas)

son más solubles y de mayor

velocidad de disolución, aunque menos

estables y de menos punto de fusión, que

las configuraciones ordenadas (formas cris-talinas).

Numerosos ejemplos abundan en

la literatura (23-25) que corroboran la nece-sidad

de elegir el polimorfo más adecuado

a los requerimientos de la formulación.

— Modificación del tamaño de partí-cula.

Desde los trabajos de Noyes-Whit-ney,

se sabe que la velocidad de disolución

(dW/dt) está directamente relacionada con

la superficie de exposición (S) de las partí-culas

de soluto al disolvente (ec. 2):

dW/dt = - KS (C s - C) (ec. 2)

Siendo C s y C concentraciones del soluto en

la solución a saturación y en un momento dado.

En consecuencia, un incremento en el

valor de la superficie expuesta (mayor

grado de división del soluto y por ende,

superficie específica) mejorará la solubili-dad

y la velocidad de disolución. Este

hecho se constata tras la utilización de sus-tancias

micronizadas, como es el caso de

griseofulvina o espironolactona.

Dispersiones sólidas, entendiendo

como tales, sistemas constituidos por uno

o varios principios activos dispersados en

estado sólido (en forma molecular, iónica

o en partículas de pequeño tamaño), en un

vehículo inerte (portador o soporte).

Cuando la dispersión sólida se pone en

contacto con agua o con los líquidos acuo-sos

del organismo, se disuelve el soporte y

deja libre al principio activo en estado de

extrema división y por tanto de fácil y

rápida disolución.

Los soportes han de cumplir ciertos requi-sitos

como ser hidrosolubles, fisiológica-mente

inertes, física y químicamente com-patibles

con el fármaco, etc. En la tabla VII se

anotan los más frecuentemente utilizados.

Ejemplos de dispersiones sólidas, pue-den

citarse las mezclas eutécticas, solucio-nes

sólidas, sistemas vítreos y las dispersio-nes

sólidas en superficie (14-17).

Formación de complejos que exalten

la solubilidad del principio activo. De entre

los variados tipos existentes destacan unos,

desprovistos de fuerzas intermoleculares,

denominados clatratos o «compuestos en

Tabla VII

Soportes más utilizados en dispersiones

sólidas

Ácidos orgánicos: Cítrico, succí-nico,

tartárico, etc.

Ácidos biliares, esteroles y com-puestos

relacionados.

Azúcares: Glucosa, sacarosa, galac-tosa,

maltosa, etc.

Polialcoholes: manitol, sorbitol.

Polímeros orgánicos: PEG (20000,

12000, 6000, 4000), PVP, Eudragit, etc.

Diversos: Urea.

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