jaula». Se forman a partir de una sustancia

capaz de configurar una «jaula» (sustancia

complejante) que pueda atrapar a la molé-cula

terapéuticamente activa en el espacio

interior de su estructura. Se obtienen por

cristalización a partir de una solución que

contiene el producto a complejar (4). Entre

los compuestos formadores de clatratos ocu-pan

un lugar destacado distintas ciclodextri-nas

(polímeros cíclicos de á -D-glucopira-nosa)

y sus derivados, fundamentalmente

los metilados e hidroxialquilados (26 y 27).

B. Modificación del disolvente

Mediante control del pH. La polariza-ción

de sustancias poco solubles en agua

permite lograr su hidrosolubilidad por simple

salificación de la porción polarizada. Así, la

morfina base o los barbitúricos ácidos, inso-lubles,

por adición de un ácido o de una base

respectivamente pueden solubilizarse for-mando

por ejemplo clorhidrato o sulfato de

morfina o bien barbituratos alcalinos, todos

ellos solubles. Esta técnica requiere un esme-rado

control del pH y a veces la adición de

sustancias reguladores del pH, que podrían

ocasionar incompatibilidades con algún

componente de la formulación. Por otra

parte, el pH de máxima solubilidad puede no

coincidir con el de máxima estabilidad, por l

o que se hace necesario un estudio de la

cinética de degradación.

Codisolvente. Frecuentemente se

recurre al uso de varios disolventes mez-clados,

que permiten vehiculizar mayor

cantidad de fármaco (mayor dosis) en

menor volumen. A este fenómeno se le

llama cosolvencia o codisolvencia y a los

líquidos utilizados para conseguirla, codi-solventes.

Entre los más frecuentes, dentro

de los hidromiscibles, se pueden citar

alcohol, glicerina, propilenglicol, polieti-lenglicoles,

etc.

Como la solubilidad está relacionada con la

constante dieléctrica del disolvente y este pará-metro

posee propiedad aditiva, podrá obte-nerse

la mezcla de disolventes de constante

dieléctrica adecuada a cada caso particular.

Experimentalmente se ha comprobado

que algunas mezclas de solventes aceleran

la descomposición de materiales sensibles

en vez de retrasarla y, además, este fenó-meno

llamado solvólisis a menudo cursa

más rápidamente que las hidrólisis. En

consecuencia, cuando se utilizan estas

mezclas de disolventes se necesita un estu-dio

de estabilidad.

Sustancias hidrotropizantes. Puede

mortificarse la naturaleza disolvente del

agua frente a diversas sustancias poco

solubles, disolviendo en ella, previamente,

otras sustancias de gran solubilidad deno-minadas

hidrotropizantes.

Su uso se generalizó tras los estudios de

Tanret, quien observó que la cafeína en la

naturaleza aparece disuelta gracias a la pre-sencia

de ácido clorogénico. Posteriores

investigaciones en este sentido con ácidos

arílicos sencillos, condujeron al empleo de

benzoato y salicilato sódico en la prepara-ción

de soluciones inyectables de cafeína.

Neuberg comprobó que sustancias muy

hidrosolubles, a altas concentraciones, son

capaces de hacer que el agua solubilice a

otras de por sí poco solubles.

El hidrotropizante suele ser una molé-cula

de carácter anfifílico, con grupos

hidrófilos y lipófilos, aunque prevalecen

los grupos electronegativos (fenólicos, car-boxílicos,

sulfónicos). La parte polar del

hidrotropizante se conjuga con la apolar

de la sustancia poco soluble, quedando

esta asociación, englobada por las porcio-nes

polares hidrófilas.

No todos los productos hidrotropizantes

tienen la misma facilidad para formar este

tipo de asociación. Así, se ha visto que

para disolver las bases xánticas en concen-traciones

terapéuticas se utilizan mayores

cantidades de salicilato y benzoato sódico

que de etilenodiamina o metilglucamina.

Solubilización micelar. Se consigue

solubilizar sustancias activas poco solubles

gracias a la ayuda de agentes tensioactivos,

con los que se obtienen soluciones coloi-dales

transparentes. Los agentes tensioacti-vos

son sustancias de carácter anfifílico. Al

interponerlos en agua, la cabeza polar

queda cargada eléctricamente y si esta

molécula está junto a otra de la misma

naturaleza, existen dos tipos de fuerzas

entre ellas (fig. 9):

28.Repulsivas entre las cabezas polares,

cargadas con igual signo.

Atractivas de tipo de van der Waals,

entre las cadenas apolares. Estas fuerzas se

ven muy afectadas por la distancia de

separación entre las cadenas: Cuando la

distancia de separación es grande, estas

fuerzas son prácticamente inapreciables.

Sin embargo, cuando la distancia de sepa-ración

es menor, son mucho más fuertes

las fuerzas repulsivas.

En solución diluida hay gran distancia de

separación entre las moléculas, por lo que

predominarán las fuerzas repulsivas. A

medida que aumenta la concentración, las

moléculas se van aproximando y agre-gando,

pues progresivamente toman impor-tancia

las fuerzas atractivas, formándose las

micelas. A la concentración de tensioactivo

a la que comienza esta agregación se deno-mina

concentración micelar crítica (cmc).

Las micelas pueden adoptar diferentes

formas, según las condiciones experimen-tales

(esféricas, cilíndricas, laminares,

hexagonales, etc.). Los agentes tensioacti-vos

de tipo oleoacuoso, utilizados para

incrementar la hidrosolubilidad de sustan-cias

poco solubles, forman micelas cuyo

interior es lipofílico; por ello, según la

naturaleza de la sustancia a solubilizar,

ésta se localizará en el interior de la micela

(hidrófobas), en la superficie (hidrófilas) o

en empalizada (anfifílicas) (fig. 10).

2. Suspensiones

Sistemas dispersos heterogéneos forma-dos

por la interposición de una fase sólida

(fase interna) en otra líquida (fase externa),

en la cual no se disuelve. El tamaño de par-tícula

de la fase interna es superior a 1

mm. Sin embargo, su aspecto ha de ser lo

más «homogéneo» posible, es decir, que

no se observen aglomerados o grumos.

Otros requisitos son:

29

Fig. 9.- Interacciones moleculares entre ten-sioactivos

iónicos.

Fig. 10.- Solubilización micelar (a: sustancia hidrófila; b: sustancia hidrófoba; c: sustancia antifílica)..— Máxima estabilidad, es decir, que las

partículas de la fase interna tengan una

velocidad de sedimentación lenta.

— Fácil redispersabilidad al agitarlas,

siendo necesario siempre rotular el frasco,

indicando claramente la necesidad de

«agitar antes de usar», para asegurar una

buena dosificación.

— No presentar crecimiento cristalino y

— Viscosidad adecuada; lo suficiente-mente

baja para permitir su administra-ción,

pero lo bastante alta como para evi-tar

la sedimentación.

En definitiva, la formulación de suspen-siones

farmacéuticas obliga a tener en

cuenta una serie de parámetros fisicoquí-micos

que pasamos a comentar.

Energía libre superficial. Los sistemas

suspensión son termodinámicamente ines-tables,

debido a la gran energía libre super-ficial

de las partículas constituyentes de la

fase interna. Ello se traduce en la unión

interpartículas que acaban por sedimentar

en el fondo del recipiente que las contiene.

Los agentes tensioactivos disminuyen la

tensión interfacial sólido-líquido, contribu-yendo

a estabilizar el sistema.

Mojabilidad del sólido. En la práctica

farmacéutica, muchos fármacos formula-dos

en suspensiones son de naturaleza

hidrofóbica y sus partículas quedan flo-tando

en los vehículos acuosos o hidroal-cohólicos,

como consecuencia de su falta

de mojabilidad o humectabilidad. La ecua-ción

de Young (ec. 3) muestra la influencia

de la tensión superficial del líquido sobre

el «ángulo de contacto» sólido/líquido ().

Este es el formado por la tangente al

líquido en el punto donde se da la triple

interfaz (fig. 11).

Se habla de buena mojabilidad cuando

è es muy próximo a cero. Si se encuentre

entre 0º y 90º , se dice que presenta

humectabilidad parcial y, si es próximo a

180º , no se moja.

ã S ã S L cos è = (ec. 3) ã L

Siendo:

ã L = Tensión superficial líquido/gas.

ã S = Tensión superficial sólido/gas.

ã SL = Tensión interfacial sólido/líquido.

En base a esta ecuación, podrán formu-larse

las suspensiones con agentes tensio-activos

(principalmente aniónicos y no

iónicos), que al disminuir dicha tensión,

favorecen la mojadura del sólido.

— Sedimentación. Las partículas sus-pendidas

en un líquido, sedimentan con

una velocidad (v) condicionada por los

parámetros que intervienen en la ecuación

definida por la ley de Stokes (ec. 4).

2 4 2 (d S – d L ) v = g (ec.4) 9 ç

30

Fig. 11.- Angulo de contacto sólido-líquido..Donde:

r = Radio de la partícula.

d S = Densidad del sólido.

d L = Densidad del líquido.

g = Aceleración de la gravedad.

ç = Viscosidad del medio de dispersión.

Interesa que la velocidad de sedimenta-ción

sea lo más pequeña posible, para

estabilizar el sistema. Esto lo podemos

conseguir de distintas formas:

• Reduciendo el tamaño de partícula del

sólido (molinos coloidales o micronizadores).

• Disminuyendo la diferencia de densi-dades

entre el sólido y el líquido con

ayuda de coadyuvantes (manitol o saca-rosa,

si el medio de dispersión es hidró-filo).

• Aumentando la viscosidad del

medio de dispersión. Incorporando visco-sizantes:

polímeros hidrófilos (28) o hidro-coloides

(tabla VIII) si el medio de disper-sión

es hidrófilo o estearato alumínico para

Tabla VIII

Modificadores de la viscosidad

POLISACARIDOS

— Gomas: arábiga, tragacanto.

— Alginatos: ácido algínico, alginato sódico.

— Almidón glicolato sódico, derivado

de almidón de patata. Evaluado su

uso en preparaciones extemporáneas

de suspensiones (Explotab, Primojel).

CELULOSAS ACUOSOLUBLES

— Metilcelulosa, hidroxietilcelulosa,

carboximetilcelulosa sódica, etc.

— Celulosa microcristalina (Avicel).

SILICATOS HIDRATADOS

— Bentonita.

— Veegum.

— Hectoritas.

COPOLIMEROS DEL ACIDO ACRILICO

— Carbopol.

SILICE COLOIDAL

— Aerosil.

— Cab-o-Sil.

las dispersiones en medio oleoso.

Crecimiento cristalino. Durante el

almacenamiento de las suspensiones, fre-cuentemente

se produce un incremento

del tamaño de partícula del material sus-pendido

por recristalización. Este fenó-meno

puede ocasionarse por diversos

mecanismos entre los que citamos:

• La llamada «Maduración de Ostwald»:

a consecuencia de la diferente velocidad

de disolución de partículas de distinto

tamaño en la dispersión, por cambios brus-cos

de temperatura o incluso por golpes, se

puede producir una recristalización en

forma de partículas grandes o sobre la

superficie de las partículas ya existentes.

Aunque no es frecuente, puede ocurrir

cuando la suspensión está sometida

durante su almacenamiento a cambios de

temperatura cíclicos superiores a 20º C.

• Por transformaciones polimórficas, que

dan origen a otras más estables o por cam-bios

en el hábito cristalino debido al grado

de solvatación o de hidratación del fár-maco.

Se han comprobado estos cambios

durante la fabricación de suspensiones de

esteroides: cuando se someten a esteriliza-ción

por calor seco, la subsiguiente rehi-dratación

del asteroide anhidro en presen-cia

del vehículo acuoso, hará que se for-men

grandes cristales aciculares. Un efecto

similar se puede alcanzar al someter a las

suspensiones terminadas a esterilización

por calor húmedo en autoclave.

Se han comprobado estos cambios en

suspensiones de otros fármacos, propo-niéndose

la adición de agentes tensioacti-vos

como Tweens y Triton X-100 (al

0,005%) para retrasar la velocidad de cre-cimiento

de cristales de metilprednisolona

en medios acuosos. Para el sulfatiazol en

dispersión acuosa se han utilizado gelatina

y polivinilpirrolidona, a concentraciones

inferiores al 0,10%.

Interacciones entre las partículas.

Como consecuencia de sus cargas eléctri-cas,

entre las partículas en suspensión hay

diferentes tipos de fuerzas atractivas y

repulsivas. Estas fuerzas interparticulares

31.van a ser las responsables directas de las

características de estabilidad de una sus-pensión.

Las más significativas son (29):

Fuerzas de repulsión electrostática,

debidas a que las partículas están cargadas

por ionización de determinados grupos

funcionales o por adsorción de iones pro-cedentes

del medio de dispersión. De

acuerdo con la ley de Coulomb, se gene-rará

una fuerza repulsiva inversamente

proporcional al cuadrado de la distancia

que separa las cargas, tendiendo a estabili-zar

el sistema.

Fuerzas atractivas a consecuencia de

interacciones entre dipolos o por efectos

cuánticos denominadas, en términos gene-rales,

fuerzas de dispersión o de London-van

der Waals. Tienden a hacer que las partícu-las

se vayan aglomerando, aumentando su

tamaño por lo que inestabilizan el sistema.

Sólo adquieren importancia cuando la dis-tancia

de separación entre las partículas es

muy pequeña, ya que está relacionada inver-samente

con su quinta o séptima potencia.

Interesa, por tanto, conocer qué tipo de

fuerza predomina en cada sistema, para

darnos idea de su estabilidad. Muchas de

las propiedades de las suspensiones reflejan

una fuerza neta de interacción entre las par-

tículas del sistema. Considerando sólo inte-racciones

entre parejas de partículas a tra-vés

de fuerzas de atracción de van der

Waals y de repulsión electrostática, Verwey

y Overbeek e independientemente, Derja-guin

y Landau elaboraron una teoría cono-cida

como DLVO (30) -iniciales de los auto-res-

que explica satisfactoriamente la estabi-lidad

y, en particular, el efecto extremada-mente

importante de la valencia de los con-traiones

sobre la estabilidad. Si predominan

las fuerzas atractivas, el sistema estará flo-culado

y si hay predominio de fuerzas

repulsivas, el sistema será defloculado.

La suma de las fuerzas de atracción de

van der Waals y de repulsión electrostá-tica,

es un sistema suspensión, da lugar en

general, a curvas de interacción con un

máximo y dos mínimos, cuando se repre-senta

la energía total en función de la dis-tancia

interparticular (fig. 12).

En el punto A se igualan las fuerzas

atractivas y repulsivas y la suspensión se

encontrará defloculada. Este punto es el de

máxima estabilidad, pero es utópico en la

práctica farmacéutica por la alta concen-tración

de las suspensiones.

En B, aparece el llamado mínimo secun-dario,

donde las fuerzas atractivas sobrepa-32

Fig. 12.- Energía total de interacción entre partículas..san a las repulsivas y el sistema está flocu-lado:

las partículas se acercan pero no

contactan entre sí, dejando medio de dis-persión

entre ellas. En consecuencia se for-man

flóculos esponjosos y fácilmente

redispersables.

En C, predominan las fuerzas repulsivas;

el punto corresponde al máximo de la curva

y teóricamente coincide con la máxima esta-bilidad.

Sin embargo, este punto no es el

óptimo ya que la energía libre superficial de

las partículas es tan alta, que tenderán a

aglomerarse para disminuir su superficie

específica. De esta forma, por su propio

peso irán sedimentando y, al cabo de un

tiempo, la distancia de separación será tan

pequeña que originará en la curva el punto

D, o mínimo primario, en el que predomi-nan

las fuerzas atractivas: se van agrupando

las partículas en el fondo del recipiente, for-mando

un sedimento compacto y de difícil

redispersión («caking»).

Gouy y Chapman desarrollaron la teoría

de la «doble capa difusa», para describir la

transición entre la zona cercana a la super-ficie

cargada y la dispersión, eléctrica-mente

neutra. Posteriormente, Stern hizo

una importante modificación a esta teoría,

señalando que los iones de la doble capa

no son cargas puntuales, sino iones reales

con dimensiones definidas.

Las partículas cargadas en un medio de

dispersión líquido se van rodeando de car-gas

de signo contrario, llamadas contraio-nes,

formando alrededor de la partícula

una capa delgada fuertemente adherida

por fuerzas de Coulomb, llamada capa fija

o estacionaria (de Stern) (fig. 1 3). En zonas

más alejadas de la partícula aparecen car-gas

positivas y negativas distribuidas hete-rogéneamente,

donde predominan las car-gas

negativas y forman la capa difusa o

móvil (de Gouy Chapman). Ya en el medio

de dispersión, aparecen cargas positivas y

negativas neutralizadas unas con otras.

33

Fig. 13.- Doble capa eléctrica y potencial z ( æ ). (A: capa fija; B: capa difusa)..La presencia de la carga en la interfase

tiene profundos efectos en la naturaleza de

la región interfacial.

Cabe señalar que en ambas teorías, los

contraiones más cercanos a la superficie

de la partícula, sometidos al intenso

campo de ésta, se desplazarán respecto a

ella, de tal manera que sólo parte de la

doble capa difusa se verá implicada en los

procesos electrocinéticos.

Dentro de esta doble capa, el potencial

eléctrico de la partícula disminuye gradual-mente

desde la pared hasta el infinito: en la

capa de Stern la caída del potencial es brusca

desde Ø 0 hasta Ø æ , mientras que en la capa

difusa, el potencial pasa de Ø æ a cero.

Al potencial en el plano de separación

entre la carga móvil e inmóvil, se deno-mina

potencial electrocinético o potencial

zeta (), que corresponde a la diferencia de

potenciala lo largo de la «capa difusa».

En la «capa fija» hay una caída brusca de

potencial electrocinético. En la «capa

difusa» la caída es más suave y en el medio

de dispersión, la caída va haciéndose cada

vez más paralela al eje de abscisas (fig. 13).

Las partículas muy cargadas eléctrica-mente

se rodearán de gran número de con-traiones,

la capa difusa se presentará con

una diferencia de potencial mayor ( mayor)

y predominarán más las fuerzas repulsivas

que en el caso de partículas poco cargadas.

Relacionado con lo que acabamos de

comentar se puede determinar el grado de

floculación estableciendo la relación entre

el volumen de sedimento que se obtiene

por reposo de una suspensión cuya fase

sólida está agregada formando flóculos y el

volumen de sedimento de esa misma sus-pensión,

obtenido por reposo, cuando las

partículas de la fase sólida están deflocula-das

por completo.

FLOCULACION CONTROLADA

Tecnológicamente es inevitable la sedi-mentación

de las partículas de una suspen-sión,

por lo que es preferible que lo haga

en forma de livianos flóculos en lugar de

formar un sedimento compacto de difícil

redispersión. Por consiguiente se deberá

favorecer la floculación mediante la adi-ción

de agentes floculantes.

Un agente floculante actúa disminu-yendo

la carga de las partículas, con lo que

reduce el potencial æ y las fuerzas repulsi-vas

entre las mismas. Se emplean como tal:

— Electrolitos (sales sódicas del ácido

cítrico, acético y otros).

— Agentes tensioactivos iónicos (que

neutralizan las cargas de las partículas en

suspensión).

— Sustancias poliméricas naturales o

sintéticas que, junto con los agentes ten-sioactivos

no iónicos, se adsorben sobre la

superficie de la partícula, rodeándola de

una capa de solvatación e impidiendo así

la formación de un sedimento compacto.

Representando el valor del potencial

electrocinético () y el grado de flocula-ción

de una hipotética suspensión en fun-ción

de la concentración de agente flocu-lante

añadido (ejemplo para un electrolito)

(fig. 14), puede explicarse la forma prác-tica

de realizar la floculación controlada

(31). El sector de la izquierda se refiere a

una suspensión de partículas defloculadas

de carga eléctrica negativa con un poten-cial

zeta elevado (alrededor de –100 mV);

si a esta suspensión se agrega cantidades

pequeñas y sucesivas de un electrolito, los

iones de signo positivo, al ser atraídos, irán

aumentando de forma progresiva alrede-dor

de la partícula y, por tanto, el potencial

zeta de ésta irá disminuyendo como repre-senta

la rama descendente de la curva dis-continuo.

Simultáneamente el grado de

floculación va aumentando, ya que al

incrementarse la concentración de electro-litos

aumenta la densidad iónica positiva

alrededor de la partícula y, por tanto, dis-minuye

el potencial zeta. Cuando éste

llega a cero, la adición de más electrolito

causa una inversión del signo de la carga y

el potencial zeta, ahora positivo, irá

aumentando su valor de manera progresiva

(hasta +100 mV) y, como consecuencia, al

aumentar las fuerzas repulsivas interpartí-culas

disminuirá el grado de floculación.

34.De esta manera, controlando la flocula-ción

al agregar la cantidad adecuada de

electrolito, se obtiene el estado floculado

ideal, que permitirá una fácil resuspensión.

3. Emulsiones

Generalmente son sistemas bifásicos, for-mados

por la interposición de dos líquidos

inmisibles e insolubles entre sí, con tamaño

de gotícula de la fase interna superior a 1

µmm, llegando incluso a varios centenares

de micras (similar a las suspensiones).

Se formulan con una fase acuosa (A) y

otra oleosa (O), que pueden originar siste-mas

emulsión de fase externa acuosa (O/A)

o, por el contrario, de fase externa oleosa

(A/O). En textos anglosajones O/W y W/O,

respectivamente.

Las emulsiones, aunque más estables

que las suspensiones se consideran igual-

mente sistemas termodinámicamente ines-tables,

influyendo en su ruptura factores

como tiempo, luz, temperatura, electroli-tos

y otros. En general, en la estabilidad

intervienen las mismas fuerzas y factores

considerados para las suspensiones (32).

Energía libre superficial y grado de

dispersión. Para obligar a que se interpon-gan

dos líquidos inmiscibles, venciendo la

tensión interfacial, hay que aplicar un tra-bajo

que implica una energía. Con ello se

dispersa un líquido en el seno del otro

dando unos glóbulos pequeños que consti-tuyen

la fase interna. En consecuencia, se

ha aumentado la energía libre del sistema

por un incremento superficial.

En principio, se forman los dos sistemas

(A/O y 0/A), pero predominará uno u otro

según la velocidad de coalescencia (veloci-dad

de unión) de cada uno: Permanecerá el

sistema de menor velocidad de coalescencia.

35

Fig. 14.- Floculación

controlada en relación con

el grado de floculacióh.

(Potencial æ — — —; grado

de floculación———).

Si, V coalescencia A/O > V coalescencia O/A .Sistema O/A

Si, V coalescencia O/A > V coalescencia A/O .Sistema A/O.Como ocurría en las suspensiones, tras un

tiempo de reposo suficientemente prolon-gado,

volverán a separarse los dos líquidos,

pues el sistema tiende a estabilizarse a costa

de agrupar las gotitas de la fase interna, dis-minuyendo

así la superficie interfacial. Para

evitarlo, es decir, para mantener la superfi-cie

constantemente alta, pueden incluirse

en la formulación, sustancias que disminu-yen

la tensión interfacial (tensioactivos).

Estos, en virtud de su propiedad de adsor-ción

positiva, tienden a adsorberse en la

interfase líquido-líquido, reduciendo la ten-sión

interfacial. Puesto que colaboran en la

formación del sistema, también se les deno-mina

emulgentes primarios o formadores.

Los emulgentes constituyen una sub-clase

de tensioactivos que, como se indica

en la fig. 1 5, pueden utilizarse con distin-tos

fines, según su HLB. Estas siglas corres-ponden

a «Hydrophile-Lypophile

Balance», denominación anglosajona del

parámetro numérico adimensional pro-puesto

por Griffin para los tensioactivos

que permite clasificarlos según el predomi-nio

relativo de los grupos hidrófilos frente

a los lipófilos de su molécula (un valor

muy alto de HLB corresponde a una ele-vada

hidrofilia, mientras que valores bajos

de HLB se asocian a una alta lipofilia).

Como se observa en la figura anterior, el

valor de HLB de un emulgente determina

el tipo de emulsión que se formará: si el

HLB es bajo, tenderá hacia la formación de

un sistema A/O, mientras que si el HLB es

alto, tendrá tendencia hacia la emulsión

O/A. En la tabla IX se recogen algunos de

los emulgentes más empleados, con su

correspondiente HLB.

Para el cálculo del HLB se han propuesto

distintos métodos de los cuales el más uti-lizado

considera que cada grupo funcional

(función o radical químico) de la molécula

de tensioactivo, tiene un HLB según el

Tabla IX

Tensioactivos y sus valores de HLB

Tensioactivos HLB

Trioleato de sorbitan (Span 85) .............. 1,8

Triestearato de sorbitan (Span 65) .......... 2,1

Monoestearato de propilenglicol ........... 3,4

Sesquioleato de sorbitan (Arlacel C)

AP sólido) .............................................. 3,7

Estearato de glicerilo.............................. 3,8

Monooleato de sorbitan (Span 80) ......... 4,3

Monolaurato de propilenglicol .............. 4,5

Monoestearato de sorbitan (Span 60)..... 4,7

Cetil éter de polioxietileno..................... 5,2

Monoestearato de glicerilo .................... 5,5

Monopalmitato de sorbitan (Span 40) .... 6,7

Mezclas de aminas de alto peso

molecular (Atcor HC) (*) ........................ 7,5

Monolaurato de sorbitan (Span 20)........ 8,6

Trioleato de polioxietilen sorbitan

(Tween 85)............................................. 11,0

Monoestearato de polioxietileno

400 (Cremophor A P sólido) .................. 11,6

Oleato de trietanolamina (**)................. 12,0

Oleil éter de polioxietileno (Brij 96) ...... 12,4

Mezcla de polioxietilenaminas (*).......... 12,5

Monolaurato de polioxietilen sorbitan

(Tween 21)............................................. 13,3

Ricinoleato de polioxietileno

(Cremo-phor EL)..................................... 13,3

Monoestearato de polioxietilen

sorbitan (Tween 60) .............................. 14,9

Monopalmitato de polioxietilen

sorbitan (Tween 40) ............................... 15,6

Monolaurato de polioxietilen

sorbitan (Tween 20) ............................... 16,7

Lauril éter de polioxietileno (Brij 35) ..... 16,9

Monoestearato de polioxietileno

(Myrj 52)................................................ 16,9

Oleato sódico (**).................................. 18,0

Oleato potásico (**) ............................... 20,0

Laurilsulfato sódico (**) ........................ 40,0

(*) Emulgentes canónicos. (**) Emulgentes anióni-cos.

Sin asterisco: Emulgentes no iónicos.

36

Fig. 15.- Escala de HLB y aplicaciones

de los tensioactivos..cual, podemos conocer el HLB de la molé-cula

de acuerdo con la fórmula:

HLB = (nGH - nGL) + 7

Siendo nGH y nGL el HLB de los n gru-pos

funcionales hidrófilos y lipófilos res-pectivamente.

En la tabla X se indican los HLB de dis-tintos

grupos funcionales hidrófilos y lipó-filos.

Tabla X

HLB de distintos grupos funcionales

Grupos hidrofílicos HLB funcional

— S0 4 Na 38,7

— COOK 21,1

— COONA 19,1

— S0 3 Na 11,0 (aprox.)

— Hidróxilo (libre) 1,9

— Ester 2,4

Grupos lípofílicos HLB funcional

— CH--

— CH 2 - 0,475

— CH 3 --

— CH=CH--

— (CH 2 -CH 2 -0)- 0,330

Velocidad de sedimentación. Ya que en

las emulsiones las gotitas de fase interna tie-nen

forma esférica, la ley de Stokes es per-fectamente

válida. Todos los parámetros de

la citada ley son igualmente modificables en

este caso (tamaño de gotícula de la fase

interna, diferencia de densidades entre los

líquidos inmiscibles y sobre todo la viscosi-dad

del medio dispersante). Las sustancias

que se utilizan para incrementar la viscosi-dad,

estabilizadores o viscosizantes (ya nom-brados

en suspensiones, tabla VIII) toman

aquí además, la denominación de emulgen-tes

secundarios o pseudoemulgentes.

Interacciones entre las gotículas. A este

respecto cabe indicar aquí todo lo señalado

para suspensiones, puesto que las gotitas de

fase interna se rodean igualmente de una

doble capa eléctrica y están afectadas por

similares fuerzas repulsivas y atractivas.

La representación gráfica de la energía

total de interacción en función de la dis-tancia

que separa las gotitas (fig. 12),

muestra asimismo la existencia de un

máximo y dos mínimos. En el «mínimo pri-mario»

(D) se produce la coalescencia y

rotura irreversible de la emulsión y en el

«mínimo secundario» (B) las gotitas de fase

interna se van agregando formando flócu-los

que pueden volver a redispersarse.

INESTABILIDAD DE EMULSIONES

Las emulsiones están sujetas a inestabili-dad

reversible (cremado, sedimentación y

floculación) o irreversible (coalescencia,

rotura e inversión de fases). Analicemos,

con ayuda de la fig. 16, cada una (33-35).

Cremado y sedimentación. Ambos se

originan por diferencias en la densidad de

cada una de las fases del sistema. La emul-sión

sufre un desplazamiento de las gotí-culas

de fase interna donde se concentra,

originando una zona más rica en fase dis-persa

y otra más pobre que la emulsión ori-ginal.

Cuando la fase dispersa es de menor

densidad que el medio dispersante, el

fenómeno se llama cremado y si es de

mayor densidad, sedimentación.

Si estos procesos tienen lugar sin nin-guna

agregación previa, o tras la forma-ción

de flóculos, la emulsión se puede

reconstruir mediante agitación.

Floculación. En este fenómeno las

gotas de la fase dispersa forman agregados,

en función de las colisiones entre las gotas y

como resultado neto de las alteraciones y

repulsiones entre las mismas. Mientras las

gotas no pierdan su identidad y se mantenga

el grado de dispersión, el proceso podrá ser

reversible. En ello tiene un papel fundamen-tal

la continuidad de la barrera protectora,

mecánica y eléctrica, en la interfase.

Los agregados se comportan como gotas

de mayor tamaño a efectos de un posible

cremado y sedimentación y son el paso

previo a formas de inestabilidad superior

37

}.de carácter irreversible. La floculación

debe ser controlada e incluso aprove-charse

en determinados casos como factor

estabilizante, tal como se vio al tratar las

suspensiones.

Coalescencia. Consiste en la fusión

de gotículas de fase dispersa, que forman

gotas de mayor tamaño (disminución del

grado de dispersión), que continuarán

fusionándose unas con otras hasta llegar

finalmente a una separación de fases

(rotura). La causa más frecuente es una

deficiente barrera protectora mecánica en

la interfase (cantidad de emulgente insufi-ciente),

las gotitas de fase interna se van

agregando y coalescen rápidamente, sepa-rándose

las fases.

Inversión de fases. Consiste en la

transformación de una emulsión acuo-ole-osa

en otra oleo-acuosa, o viceversa. La

inversión es un tipo especial de inestabili-dad

irreversible por agitación, ya que las

gotitas que se originan al invertirse nueva-mente

las fases, mayores que las originales,

hacen en la mayoría de los casos que se

inutilice el preparado: la fase interna sufre

un tipo especial de coalescencia, en el

cual se produce simultáneamente una

solución de continuidad de la fase externa

inicial, la cual al quedar fase dispersa.

Las principales causas de la inversión de

fases son:

— Pérdidas de volumen de fase externa

por evaporación en emulsiones 0/A.

— Variaciones de temperatura que afec-ten

suficientemente a la solubilidad de los

tensioactivos empleados, en ambas fases.

— Adición de electrolitos. Al poner en

contacto una emulsión 0/A, formada con

un jabón alcalino, con metales alcalinoté-rreos,

se forma el correspondiente jabón

alcalinotérreo, responsable de que la

emulsión invierta su signo a A/O. Del

mismo modo, una emulsión A/O puede

transformarse en 0/A, si se formó con jabo-nes

alcalinotérreos y se le añade un exceso

de metales alcalinos.

4. Microemulsiones

En la actualidad se están introduciendo

estos sistemas por su elevado grado de dis-persión,

estabilidad termodinámica, trans-parencia,

escasa viscosidad y formación

espontánea (no necesitan gran aporte de

energía).

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Fig. 16.- Inestabilidad de emulsiones..Tabla XI

Ventajas de las microemulsiones

— Parámetros tecnológicos:

• Técnicas más sencillas y económicas.

• Incremento de solubilización en

fármacos problemáticos, consi-guiendo

concentraciones terapéuti-cas

aceptables.

• Mejor control de partículas no

disueltas.

• Mayor estabilidad.

— Parámetros biofarmacéuticos:

• Modificación de la biodisponibili-dad

de un fármaco, aumentando o

prolongando su absorción.

• Minimización de efectos secundarios.

Su transparencia es debido al elevado

grado de dispersión. El diámetro medio de

sus gotículas es de 100 a 1.000 Å, es decir,

unas 10 ó 100 veces más pequeñas que las

emulsiones.

Algunos autores las consideran como un

tipo especial de emulsión. Sin embargo,

otros prefieren «encuadrarlas» ente unos

sistemas molecularmente estructurados,

denominados coloides de asociación de

tensioactivos, junto con los sistemas mice-lares

y los cristales líquidos liotrópicos.

Bibliografía

Se incluye al final del siguiente fascí-culo,

Formas orales líquidas (11).

Se caracterizan por llevar una alta con-centración

de tensioactivos (1 5-25 %), for-mada

por la mezcla de un tensioactivo

propiamente dicho (emulgente) y un

cotensioactivo. Esta asociación hace que la

película mixta formada en la interfase sea

de gran fluidez, flexibilidad y estabilidad.

Como cotensioactivos se utilizan alcoholes

lineales, no ramificados, de cadena corta o

media (C 3 -C 10 ), tensioactivos no iónicos

de un HLB apropiado, o las alquilaminas.

Respecto al tensioactivo, se prefieren los

de HLB entre 3 y 6 para microemulsiones

A/O y entre 8 y 18 para las 0/A.

La estructura de las microemulsiones no

está todavía perfectamente determinada.

Sin embargo, su utilización permitiría

mejorar características tecnológicas y bio-farmacéuticas

en relación con otros siste-mas

líquidos (tabla XI).

Se ha comprobado que los fármacos

administrados en forma de microemulsión

son más rápida y eficazmente absorbidos

que la misma dosis administrada en cápsu-las

o comprimidos. En consecuencia, son

ideales para vehiculizar ciertos fármacos

como esteroides, hormonas, diuréticos y

antibióticos.

Las vitaminas liposolubles se solubilizan

en medio acuoso usando microemulsiones

que, además, son más estables que cuando

se disuelven moderadamente en un aceite

vegetal, ya que permanecen solubilizadas

durante largos períodos de tiempo.

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