INSOMNIO

 

SUMARIO:

1 - Fisologia del sueño

2 - Control del ciclo sueño-vigilia

3 - Definicion del insomnio

4 - Causas del insomnio

5 - Clasificación del insomnio

6 - Prevención del insomnio

7 - Tratamiento

 


1/ Fisiología del sueño
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El sueño es una situación fisiológica y natural del organismo, en la que se produce una pérdida reversible de la consciencia y de la actividad motora. El individuo, cuando está dormido, presenta una pérdida total o parcial de la capacidad de responder a estímulos externos, en función de que el sueño sea profundo o no.

Por su parte, la vigilia es lo contrario al sueño, y corresponde a cuando el individuo está despierto.

Durante esta fase de vigilia, el cerebro presenta una gran actividad, ya que debe analizar toda la información que procede de los sentidos y de los órganos internos, y además mandar órdenes a los músculos o a otros órganos para dar lugar a una respuesta. Por contra, durante el sueño, la cantidad de estímulos que pasan por el cerebro es mucho menor. La fase de vigilia va a generar un trabajo y una fatiga en las neuronas, mientras que el sueño es un mecanismo para lograr el descanso de las mismas.

El sueño es, por tanto, una función básica del organismo, y esto queda patente en el hecho de que un ser vivo puede aguantar más tiempo sin comer que sin dormir.

Las necesidades de sueño depende de la edad. Un recién nacido está dormido casi todo el día, y según va creciendo, aumentan sus períodos de vigilia. De esta manera, los niños a partir de los 4 años y hasta la adolescencia se vuelven hipervigilantes, y no precisan de la siesta, aunque por las noches pueden dormir fácilmente 10 horas. Los adultos presentan grandes variaciones, pudiendo dormir de 5 a 9 horas diarias, aunque suelen necesitar de una pequeña siesta, sobre todo a primeras horas de la tarde. Finalmente, los ancianos tienen un sueño más ligero, lo que les lleva a despertarse varias veces durante la noche. Sin embargo, estos individuos suelen dormitar a lo largo del día.



2/ Control del ciclo sueño-vigilia | Sumario




El ciclo sueño-vigilia va a ser controlado por el cerebro. Este ciclo es por lo general rítmico, es decir, a lo largo del día se alterna una fase de vigilia con una fase de sueño.

Dentro del cerebro, existe una región conocida como formación reticular, que va a mandar estímulos a la corteza cerebral, produciendo la estimulación de la misma y haciendo que el individuo permanezca despierto. La activación por parte de esta región va a ser potenciada por estímulos procedentes de los sentidos, como un calor o frío intenso, hambre, sed, posturas incómodas, ruidos intensos, un exceso de luz... También puede ser estimulada por las emociones intensas, como preocupaciones o una alegría intensa. Por lo tanto, estos estímulos van a mantener el estado de vigilia y van a impedir el sueño.

Además de esta formación reticular, en el cerebro aparece otra región específica, conocida como centro del sueño. Su función es mandar periódicamente señales que van a bloquear a la formación reticular, impidiendo que ésta active al cerebro, y produciendo por tanto que el individuo se duerma. Este centro del sueño es estimulado por la tranquilidad, el bienestar, estímulos auditivos o sonoros repetitivos (por esta razón, mucha gente necesita leer para dormirse)...



3/ Definición del insomnio | Sumario


El insomnio es la alteración del sueño más común. Es uno de los síntomas más frecuentes que afectan a la población, precedido sólo por el dolor. Cerca del 10% de la misma lo presenta de manera crónica, y casi el 50% lo padece en algún momento de su vida. El insomnio afecta en gran medida a la población anciana, y sobre todo a mujeres postmenopáusicas.

Se caracteriza por una de las siguientes características:

a)     Incapacidad por parte del individuo para conciliar el sueño.

b)     Aumento del número de despertares nocturnos.

c)      Disminución del tiempo de sueño, despertándose el individuo demasiado temprano.

d)     Sensación de que el sueño ha sido insuficiente.



4/ Causas del insomnio | Sumario


Este cuadro puede ser originado por causas fisiológicas, psicológicas, psiquiátricas u originado por medicamentos.

a)     Causas fisiológicas. Destaca el intentar dormir en un ambiente desagradable, con calor o frío excesivo o demasiado luminoso o ruidoso. También es común que aparezca en caso de enfermedades que dificulten la respiración del individuo, como el caso del asma o la apnea, en menopausia o embarazo, artritis u otras enfermedades que originen un dolor.

El estilo de vida puede inducir también la aparición del insomnio. El uso de alcohol, tabaco o bebidas estimulantes antes de dormir pueden favorecer el insomnio. También la realización de un ejercicio físico o mental justo antes de acostarse. Sin embargo, realizar ejercicio por la tarde puede favorecer el que el individuo se duerma.

Finalmente, el insomnio puede estar asociado también a personas que presentan cambios en su horario de sueño, como en aquellos que trabajan de noche. Es común que aparezca en viajeros que vuelan a zonas horarias distintas, fenómeno conocido como “Jet-lag”.

b)     Causas psicológicas. Las emociones son importantes estimulantes de la corteza cerebral. De esta manera, el estrés y otros acontecimientos personales (afectivos, laborales) pueden inducir la aparición del insomnio.

c)      Causas psiquiátricas. La depresión, ansiedad, anorexia nerviosa o crisis psicóticas pueden dar lugar a insomnio.

d)     Uso de medicamentos. Existen medicamentos estimulantes nerviosos, como las anfetaminas, descongestivos respiratorios, antidepresivos, corticoides, cafeína, teofilina.

También se puede producir insomnio cuando se produce una retirada brusca de medicamentos hipnóticos. Este efecto puede dar lugar a pesadillas, por lo que el individuo vuelve a tomar los sedantes y esta es la causa de su dependencia. La retirada de estos medicamentos se debe hacer por tanto de manera gradual, y bajo control médico o farmacéutico.



5/ Clasificación del insomnio | Sumario


Existen distintos tipos de insomnio, y cada uno de ellos presenta un tratamiento distinto, por lo que es necesario conocer cuál es el que sufre el paciente para poner un tratamiento individualizado.

Según la duración del insomnio, podemos clasificarlo en:

a)     Transitorio. Dura sólo unos pocos días y a continuación desaparece. Se da en individuos que no han tenido nunca problemas de insomnio, pero que por situaciones concretas y transitorias se encuentran hiperexcitados, como en el caso de estrés por trabajo o por exámenes, en fechas especiales como en los días previos a una operación quirúrgica o a una boda, por ejemplo. No es recomendable ningún tratamiento, ya que este tipo de insomnio desaparece a los pocos días. Lo mejor que se puede hacer es intentar eliminar la causa que origina el estrés.

b)     De corta duración. Dura un máximo de 4 semanas, y suele ser causado por situaciones estresantes más graves que las anteriores, como el insomnio que se produce en caso del fallecimiento de un familiar, problemas económicos...

c)      De larga duración. Permanecen durante un período superior a un mes. Sus causas son múltiples y muchas veces no están claras. En este caso sí se puede instaurar un tratamiento con fármacos hipnóticos.

También podemos clasificar el insomnio en función de cómo se produzca:

a)     Inicial. Al individuo le cuesta mucho trabajo conciliar el sueño, aunque cuando lo hace no suele despertar en toda la noche.

b)     Medio. El individuo no le cuesta empezar a dormir, pero sufre numerosos despertares a lo largo de la noche, que pueden hacer incluso que no vuelva a dormirse.

c)      Terminal. El individuo duerme bien, pero se despierta antes de lo normal.



6/ Prevención del insomnio | Sumario


Antes de instaurar un tratamiento, el paciente debe de tomar una serie de medidas que pueden ayudarle a evitar su insomnio.

Lo primero que hay que tener en cuenta, es que no todo el mundo al que le cuesta dormir, es un verdadero insomne. El individuo debe de permanecer tranquilo y no obsesionarse con su dificultad para dormir, ya que si lo hace, cada vez le será más difícil lograrlo.

No es necesario dormir 8 ó 10 horas diarias, pudiéndose vivir perfectamente aunque sólo se duerman 5 horas al día. Cada persona tiene unas necesidades individuales, y el dormir menos que otras no quiere decir realmente que se sea insomne.

Por otra parte, es absolutamente normal que los pacientes ancianos duerman menos de noche, pero eso no supone que se pueda producir un daño en su organismo, sino que es una situación normal y fisiológica que acompaña a la vejez.

Es importante para evitar el insomnio tomar una serie de medidas:

a)     Hora de acostarse. El sueño presenta un ritmo, que si nos saltamos, puede dar lugar a alteraciones del mismo. En primer lugar, el individuo debe tratar de dormirse más o menos a la misma hora todos los días, ya que si se acuesta antes, el organismo no reconoce que ha llegado su “hora de dormir”, y no lo va a hacer. Permanecer en la cama despierto, sobre todo cuando al día siguiente se debe de madrugar, puede dar lugar a una ansiedad origine una dificultad para dormir.

b)     Hora de despertarse. También es importante tener constancia de que la hora a la que nos levantamos, condiciona la hora a la que nos entra sueño. Se debe por tanto intentar levantarse siempre a la misma hora, incluidos los fines de semana, o por lo menos hacer que estas horas no difieran demasiado.

c)      Siestas. Una persona que presenta insomnio, no debe nunca intentar recuperar el sueño perdido durante el día, ya que esto agravará su insomnio nocturno. El individuo debe intentar mantenerse despierto. Después de la comida, que es la hora a la que uno suele echarse la siesta, es recomendable realizar alguna actividad que nos distraiga e impida que nos durmamos.

d)     Alimentación. No es recomendable irse a la coma con hambre o con el estómago demasiado lleno. También hay que tener en cuenta que ciertos alimentos pueden estimular la corteza cerebral, sobre todo infusiones estimulantes como el café, el té o el mate. Por tanto, no deben de consumirse estas sustancias por la tarde, como regla general, y deben de ser evitadas en pacientes con insomnio. De igual manera, alimentos como la leche, ricos en triptófano, pueden producir ciertos efectos sedantes.

e)     Ejercicio. Realizar un ejercicio a lo largo del día puede originar un cansancio beneficioso, pero si se realiza 3 horas antes de acostarse, puede dar lugar a una estimulación nerviosa. Se debe evitar por tanto realizar ejercicios a última hora de la tarde.

f)        Ritual. Seguir una serie de pasos antes de acostarse, como puede ser ponerse el pijama, lavarse los dientes, cepillarse el pelo o tomar un baño, puede dar a entender al organismo que se acerca la hora de dormir.

Lo más importante es que el individuo se relaje antes de acostarse. No tiene sentido intentar dormirse cuando uno está hiperexcitado, por lo que previamente pueden ser útiles medidas de relajación. El ambiente en la habitación debe ser el adecuado, con una iluminación, temperatura y nivel de ruidos adecuados. Además, el individuo debe evitar todas aquellas situaciones que le preocupen, por lo que se debe evitar mirar el reloj. Si aun así, la persona no puede dormirse, es preferible levantarse de la cama y esperar a que la entre sueño, antes que quedarse en la cama.


7/ Tratamiento | Sumario


El insomnio es un cuadro bastante complejo, lo que dificulta también su tratamiento. Tenemos que tener en cuenta que su origen puede ser o no conocido.

Si tiene una causa conocida, es mejor realizar un tratamiento que elimine aquello que está produciendo el insomnio, que tratar el propio insomnio. Cuando desaparezca el factor desencadenante, el individuo podrá volver a dormir. Así, la psicoterapia, la realización de actividades lúdicas o recreativas o llevar a cabo técnicas de relajación, pueden ser medidas útiles para eliminar el insomnio, y el individuo no tiene por qué recurrir al uso de medicamentos.

Más problemas supone el insomnio a largo plazo, cuando su etiología se debe a multitud de factores o éstos son desconocidos. En éste caso sí puede ser necesaria la administración de fármacos sedantes.

El insomnio se trata con fármacos sedantes o hipnóticos.

Durante muchos años se utilizaron los medicamentos conocidos como barbitúricos. Son potentes hipnóticos pero presentan ciertos inconvenientes, entre ellos su toxicidad. Además, los individuos que toman estos medicamentos durante largos períodos de tiempo, necesitan cada vez mayores dosis para generar los mismos efectos (fenómeno conocido como tolerancia). Por otra parte, cuando se retira el fármaco de manera brusca, el individuo suele sufrir de intranquilidad, ansiedad e insomnio, por lo que se genera una dependencia del barbitúrico, llegándose a veces a transformar en verdaderos drogadictos. Así, se estima que aproximadamente el 15% de la población italiana necesita de pastillas para dormir, y la situación en España es similar.

Actualmente, los barbitúricos se han visto sustituidos por otros medicamentos más seguros, como son las benzodiazepinas, entre las que destaca el diazepam, que es el principio activo del Valium. Estos medicamentos tienen buenos efectos tranquilizantes y sedantes y son menos tóxicos que los barbitúricos. Sin embargo, también pueden producir fenómenos de dependencia y tolerancia si se usan durante largos períodos de tiempo.

Por lo tanto, las benzodiazepinas deben utilizarse en personas aquejadas de insomnio transitorio. En el caso de insomnio crónico, se pueden utilizar de manera intermitente, para evitar la aparición de tolerancias. Además, no debe cesar la administración del medicamento de manera repentina, sino que antes se deben de ir disminuyendo las dosis para que el individuo se acostumbre a dormir sin pastillas y no genere fenómenos de dependencia.

Tanto los barbitúricos como las benzodiazepinas, son medicamentos cuya dispensación es exclusivamente con receta médica. Sin embargo, existen otros medicamentos que pueden utilizarse para tratar el insomnio y que se pueden dispensar sin prescripción del médico, ya que forman parte de especialidades farmacéuticas publicitarias.

Entre estos medicamentos, destacan los antihistamínicos H1. Son fármacos que se han utilizado frecuentemente para el tratamiento de la alergia o del mareo producido en viajes. Uno de sus efectos secundarios es la sedación que producen, por lo que se utiliza dicha reacción adversa para tratar el insomnio.

Estas sustancias presentan por lo general, efectos secundarios leves y transitorios, y no generan dependencia ni tolerancia. Por lo tanto, se pueden utilizar para el tratamiento tanto del insomnio de corta duración como el insomnio crónico.

Finalmente, los pacientes aquejados de este cuadro pueden recurrir al uso de ciertas plantas medicinales, algunas de ellas muy conocidas, como la valeriana, la melisa, la tila, el azahar, la menta, la pasiflora o el espino blanco. Estas especies presentan unos efectos hipnóticos ligeros, por lo que suelen utilizarse combinadas. Sus efectos secundarios son nulos o de escasa gravedad, y su eficacia puede ser suficiente para tratar ciertos casos de insomnio leves o moderados.

Sin embargo, como los antihistamínicos H1 y las plantas medicinales se pueden utilizar sin que el médico las prescriba, se debe tener especial precaución en pacientes con características especiales, como madres embarazadas o lactantes, niños, ancianos o personas con patologías de cierta gravedad (glaucoma, insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal o hepática, depresión). Si el paciente está en uno de estos grupos, debe consultar antes a su médico o farmacéutico.

Finalmente, es muy importante tener precaución cuando se usa un sedante y se tiene que conducir o realizar una actividad considerada como peligrosa. Todos los hipnóticos, incluidas las plantas medicinales pueden producir cierta sedación durante el día, haciendo que aparezca una pérdida de concentración que puede desencadenar importantes accidentes de tráfico o laborales. El paciente debe asegurarse que su tratamiento no le afecta durante el día antes de realizar dichas acciones.



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