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:: HIPERTROFIA BENIGNA DE PROSTATA
Obstrucción Urinaria sintomática por hipertrofia prostática benigna (h.p.b.) viejos y nuevos conceptos
Por: Dr. Edgar Velazco Zamorano.
Miembro Emérito de la Sociedad Colombiana de Urología.
Tomado de REVISTA COLOMBIANA DE UROLOGÍA
Volumen X  No. 1   Mayo 2001 

Publicado en http://www.encolombia.com/EnColombia.htm
:: Documentos para MEXAPP:
La Federación Médica Colombiana considera que los Médicos Expertos en Atención Preventiva y Primaria MEXAPP juegan un rol determinante en el modelo de atención que mejor contribuye a resolver los problemas de salud pública. Este material es para ellos.

Prólogo
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Desde hace una década, con el mejor conocimiento de la fisiopatología de la próstata, la biología molecular y aprovechando la energía termocalórica, se ha intentado minimizar y anular la morbilidad y las posibles complicaciones de las tradicionales cirugías abierta y transuretral de próstata. Se han lanzado al mercado diversidad de medicamentos, instrumentos y máquinas histodestructoras con fabulosas y prometedoras propagandas. El problema es que se carece de un suficiente tiempo estadístico para evidenciar su real y verdadero beneficio, además su alto costo limita su aplicación. En nuestro país, donde la palabra caridad ha desaparecido de los hospitales estatales, donde las entidades promotoras de salud difícilmente pueden ofrecer y donde la mayoría de las clínicas particulares son de una o dos estrellas, carentes del instrumental endoscópico adecuado, la situación se torna más difícil. Somos los médicos quienes individual o conjuntamente debemos comprar las herramientas de trabajo. A pesar de que a nosotros los colombianos nos llega un poco tarde la nueva tecnología, no debemos apresuramos a adquirirla sin estar bien seguros de la utilidad reportada por ensayos de múltiples centros internacionales serios y de renombrada categoría. El costo-beneficio a largo plazo debe marcar la pauta. Ya hemos visto que lo que ayer fue una ilusión hoy ha quedado en el cuarto de los recuerdos por los fracasos obtenidos o porque se inventaron nuevos instrumentos correctivos que no encajan con los equipos comprados. Es cierto que no podemos quedarnos atrás de la nueva tecnología y la pregunta sería ¿cuánto debemos esperarla para no obtener desilusiones posteriores?

De todas maneras, no podemos declarar como mejor lo nuevo y como obsoleto lo viejo. Tenemos eso sí la obligación de instruirnos sobre esa nueva tecnología para no desprestigiarla ignorantemente y explicar a nuestros pacientes su verdadera y útil aplicación, para que conjuntamente y con aprobación de la familia se tome una definitiva decisión terapéutica.

Alternativas que se cuentan para el tratamiento de la h.p.b. preferencia de los urólogos

A diario se publican artículos sobre la H.P.B. y una considerable proporción se dedican a los nuevos tratamientos con resultados y conclusiones a menudo contradictorias unas de otras. Esta cantidad de tratamientos ha llevado a varias organizaciones públicas a editar guías prácticas y recomendaciones sobre la evaluación diagnóstica y escogencia del tratamiento. En nuestra Sociedad Colombiana de Urología está actualmente en procesamiento. A pesar de que estas guías han sido desarrolladas para ayudar al urólogo a escoger su terapia, existe una gran área gris, en la cual la decisión es a juicio personal en combinación con las preferencias del paciente. Aquí entra en juego la situación económica de un país, las características diagnósticas del paciente, la experiencia del médico y el tipo de hospital en que se trabaja.

En Estados Unidos se ha publicado un cuestionario que se envía por correo a los urólogos con miras a la escogencia del tratamiento. Hace referencia a:

     Número de infecciones urinarias
     Volumen de orina residual
     Tamaño de la próstata en gramos
     Valor de Q max
     Presencia de cálculos vesicales
     Número de retenciones urinarios agudas
     Tipo de síntoma dominante (irritativo, obstructivo)
     Edad menor, igual o mayor a 60 años
     Patología del cuello vesical
     Función sexual
     Experiencia del urólogo; menor de 5 años, entre 5 y 10 años y más de 10 años
     Capacidad certificada del urólogo
     Función del hospital (general o de enseñanza universitaria)
     Co-morbilidad del paciente.

Haré una referencia resumida de los métodos que han surgido a través de los años para el tratamiento de la H.P.B. Sus éxitos y fracasos.

1. Observación o vigilancia expectante

Se considerará en pacientes cuyos síntomas urinarios no son molestos y para aquellos que estando asintomáticos acuden a un chequeo prostático y se los encuentra al tacto digital una próstata aumentada de tamaño, con características benignas y un APE en sangre normal. Se hará un control anual a aquellos entre los 50 y 60 años de edad y semestralmente a los de mayor edad, para los de raza negra y para quienes tienen antecedentes hereditarios de cáncer prostático, también para aquellos que se les encuentra un APE entre la zona gris o sospechosa de 4 a 10 ng/ml y el tacto digital es normal, la ecografía transrectal de próstata descarta un carcinoma oculto y la fracción libre del APE  es mayor a 25% y un inmuno complejo PSA (CPSA) normal podría darnos mayor seguridad de descartar un carcinoma oculto evitándose de pronto una biopsia prostática por sextantes.

2. Terapia del comportamiento

También podría ser aplicada. Implica la educación del paciente para usar técnicas que puedan mejorar las molestias y síntomas urinarios, por ejemplo, disminuir el consumo de café, alcohol y la ingesta de líquidos

Recomendar un tiempo miccional. Se puede obtener un modesto mejoramiento de los síntomas.

El alivio de las molestias a los tres años en pacientes que se sometieron a R.T.U. inmediata, comparados con aquellos a quienes se los practicó tardíamente a favor de la espera vigilante fue del 70% y 48% respectivamente.

3. Prostatectomia abierta o suprapubica (P.A, P.S)

Sigue siendo el caballito de batalla entre los urólogos de Colombia y resto de países afectados en su economía. Es el único método más fácil, efectivo y de menor costo para extraer completamente adenomas prostáticos mayores de 60 gramos, a pesar de haberse inventado fibras láser, instrumentos y máquinas de termoterapia con mayor poder de cavitación y de haberse mejorado la enseñanza de la R.T.U. por medio del video y el perfeccionamiento de los recectoscopios. La P.A. se puede practicar en cualquier quirófano general y no requiere de instrumental específico y costoso.

Con una buena selección de pacientes, valoración prequírúrgica y con la destreza manual del cirujano se pueden operar adenomas prostáticos de cualquier tamaño, reduciendo al mínimo posible las complicaciones. Se reducirá el tiempo quirúrgico, la estadía hospitalaria, se reintegrará más rápido a su trabajo y se disminuirá el costo monetario.

Cuando se presenta una hemorragia incontrolable de la celda prostática durante la cirugía o el postoperatorío inmediato se debe empaquetar esta, con gasa ginecológica, extrayéndola suprapúbicamente por vía subcutánea. Se cubrirá con antibióticos de amplio espectro y a dosis altas. Se retirará la gasa tan pronto cese el peligro de la hemorragia y se corrija la coagulación. El inflar el balón de la sonda dentro de la celda no es recomendable por la molestia dolorosa y el mal funcionamiento. Se debe dejar una sonda de Foley gruesa de tres vías por cistostomía para mejor control del sangrado.

Se debe instruir al personal de enfermería para la vigilancia estricta y oportuna en el manejo del postoperatorio inmediato y el urólogo debe estar alerta a cualquier complicación. Para la frecuente estrechez del meato uretral se le recomendará al paciente pasarse el extremo de un copito de algodón lubricado con xylocaína jalea para evitar que se peguen los bordes del meato, evitando así una meatotomía quirúrgica. La contractura del cuello vesical sí no es excesiva se controlará con una simple dilatación uretral practicada por el urólogo.

La incontinencia urinaria generalmente es pasajera. Si esta persiste se debe buscar la causa. Puede tratarse de una obstrucción del trayecto uretral, de una infección urinaria severa, de una incompetencia vesico-esfinteriana generalmente no iatrogénica, causada por enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, la miastenia gravis, otro tipo de neuromiopatias, radioterapia, trastornos psíquicos, o por disminución de la contracción del músculo detrusor de la vejiga causado por una obstrucción prolongada de la salida de la orina o por un envejecimiento celular normal (apoptosis).

4. Prostatectomía transuretral (R.T.U)
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La primera practicada por MC Carty en 1934. Considerada en la literatura mundial como el procedimiento gold standard. Es la base de comparación estadística con cualquier procedimiento prostático. Ideal para próstatas de menor tamaño. Con un excelente entrenamiento, con buena paciencia y buenos aparatos se podrán resecar próstatas hasta 60 gramos. Ballaro y col. están perfeccionando un simulador de R.T.U. para evaluar la destreza endoscópica de los urólogos. Se considera un buen reseccionista aquel que es capaz de resecar un gramo de tejido por minuto. Establecer una comparación entre la P.A. y la R.T.U. es muy difícil pues se necesita una población de igual edad, con el mismo estado de salud y con igual habilidad quirúrgica por parte de los cirujanos. Si se tiene mucha experiencia en la técnica de R.T.U. se reducirá a un mínimo la hiponatremia dilucional, el sangrado intraoperatorio, la lesión esfinteriana, la contractura del cuello vesical, la disfunción sexual y la hemorragia a los pocos días del postoperatorio causada por un exceso de coagulación. Los resultados postoperatorios a largo plazo son casi siempre superiores al resto de procedimientos comparativos, así la morbilidad sea mayor. De la RTU se ha abusado aplicándola a pacientes con leves sintomatologías urinarias que no ameritaban tratamiento quirúrgico. El consejo de estado de los EE.UU debió fijar unos requisitos mínimos para su práctica en pacientes del Medicare. Se resecaban mínimas cantidades de tejido.

La aplicación de anestesia local perineal e intraprostática se ha extendido a pacientes de alto riesgo anestésico,

La mortalidad inmediata es menor del 1% y la morbilidad a corto tiempo es menor del 20%. Sin embargo el porcentaje de muertes aumenta después de los tres meses a un 4.2% por infarto del miocardio, muy seguramente porque este procedimiento se aplica a pacientes más añosos y más delicados de salud y no por la intoxicación miocárdica atribuida anteriormente por la glicina de irrigación. La eyaculación retrógrada se presenta en más de la mitad de los pacientes, la impotencia sexual puede ser un poco mayor al 4%, la estrechez uretral se presenta en un 4 al 6%, la retención urinaria en un 6.5%, la infección urinaria en 2.3%, la epididimitis en un 2 a 6% y la hemorragia postoperatoria en un 2.5%.

Para prevenir las hemorragias es necesario contar con las pruebas de coagulación, T.P, T.P.T, retracción del coágulo, recuento de plaquetas, mas aún si se trata de pacientes que toman anticoagulantes (la aspirina) o presentan discrasias sanguíneas congénitas o adquiridas. El sangrado es atribuido a la disolución de coágulos por la acción de la urokinasa de la orina y por el exceso de plasminógeno que activa la formación de plasmina causante de la fibrinolisis, al manipular la próstata quirúrgicamente. Desafortunadamente estos dos medicamentos: el ácido épsilon aminocaproico (amicar) y el ácido tranexámico (cyclocapron) usados en el pasado para corregir la coagulación han desaparecido de nuestro comercio: estos medicamentos actúan inhibiendo la urokinasa e impiden la transformación del plasminógeno en plasmina. No se debe tener el temor de causar trombosis sistémica. Tenemos que utilizar la evacuación manual con jeringa o por vía endoscópica con el receptoscopio para intentar coagular el vaso sangrante o por último abrir el paciente para taponar la celda prostática. Se debe restituir las pérdidas sanguíneas.

El síndrome de coagulación intravascular diseminado (coagulopatía de consumo), afortunadamente escaso y producido en su mayoría por cánceres avanzados de próstata y por estados sépticos, es a la vez trombógeno y hemorrágico. Se produce por que la tromboplastina o tromboquinasa se encuentra en mayor proporción en las células cancerosas de la próstata, ésta transforma normalmente la protombina en trombina, la cual convierte el fibrinógeno en fibrina (coágulo). Se produce trombocitopenia (la trombina destruye plaquetas). Se reducen los factores de coagulación. Se activa la formación de plasminógeno en plasmina (fibrinolisina) produciendo la fibrinolisis (hemorragia). La desintegración de la fibrina y el fibrinógeno son los responsables de los minitrombos en los minivasos. Tratar la causa y restaurar los factores agotados. Se aplica plasma fresco congelado, sangre fresca total y concentrado plaquetario. Un tratamiento anticoagulante preventivo con heparina subcutánea podría estar indicado para evitar estos trastornos de la coagulación.

Trombosis venosas postoperatoria.

Ocurre en menor porcentaje en la R.T.U. Se previene con el vendaje de los miembros inferiores y la deambulación precoz. Se presenta porque la próstata es rica en sustancias con actividad tromboplástica y se desencadena en casos de hemorragias copiosas, en estados sépticos, en insuficiencia vascular y repiratoria en añosos y en pacientes inmovilizados.

Tratamiento profiláctico: la heparinizacíón subcutánea: 5.000 U.I. dos horas antes de iniciar la cirugía, luego cada doce horas hasta completar 10 días. Contraindicada en tendencias hemorrágicas por cuagulopatías, salvo la de consumo, en la H.T.A. severa y en la endocarditis bacteriana.

5. Incisión transuretral de próstata (ITUP-TUIP)

Ideal para pacientes entre los 45 y 55 años de edad, sobretodo para aquellos a quienes les ha fracasado la terapia conservativa. Usualmente tienen próstatas de 15 a 20 gramos con un cuello vesical levantado y mínimos lóbulos laterales.

Generalmente pasado los 40 años de edad, existe una cierta cantidad de tejido hiperplásico medular benigno que se mezcla con el anillo muscular del cuello vesical, la mayor cantidad de este tejido produce obstrucción al igual que la falta de coordinación entre la relajación del cuello vesical y la contracción del detrusor.

La técnica se realiza con dos incisiones profundas que van desde el borde del cuello vesical hasta el verurn montanum, a las cinco y siete del reloj. Algunos afirman que basta con una solo incisión para que se abra completamente el cuello vesical. Se utiliza el asa de Collings (corte en frío) con el uretrótomo de visión directa. Se aplica especialmente en casos de fibrosis iatrogénica.

Muchos urólogos prefieren resecar todo el tejido obstructivo con asa de tungsteno como si se tratara de una pequeña próstata fibrosa o un cuello vesical completamente cicatrizado en su alrededor y pensando que más tarde se va a presentar una nueva obstrucción.

El TUIFI a pesar de tener una mínima morbilidad se considera un procedimiento invasivo. Orandi y col, reportan un 7.6% de significativa hemorragia necesitando transfusión en un 1.5%. los beneficios incluyen corto tiempo quirúrgico, se puede practicar con anestesia local, un día de hospitalización, mínima hematuria, baja incidencia de contractura del cuello vesical, bajo riesgo de eyaculación retrógrada, sonda por un día, fácil aprendizaje, raramente requiere reintervensión, buenos resultados objetivos y subjetivos y no tiene restricciones por la F.D.A.

6. Electrovaporización t.u. de próstata (t.u.v.p) y vaporación-resección de próstata (T.U.V.R.P)

Introducido por la AUA entre los años 1994 y 1995. Requiere de un simple equipo de R.T.U. de flujo continuo 27F y un generador eléctrico Valley SSE2. Requiere mayor corriente eléctrica 240W para corte y 60W para coagulación. Utiliza un electrodo de rodillo o cilindro acanalado, (figura l), el VAPOR TRODE TM (circón ACMI, SANTA BÁRBARA, CA). A raíz de que este electrodo de vaporización no producía una buena coagulación y no dejaba tejido para análisis patológico, salió una segunda generación de electrodos denominada VAPOR TOME (por CIRCON-ACMI, Stanford). CT USA y WEDER (por Microvasive NATICK, MA-USA), con un patrón de asa ancha, que produce vaporización y resección simultáneamente, necesitando menor tiempo el procedimiento. Las complicaciones a largo plazo como son las contracturas del cuello vesical, la impotencia sexual y el porcentaje de reintervenciones no son bien conocidas hasta el presente.

Figura No. 1

No produce síntomas irritativos postoperatorios significativos, puesto que vaporiza el exceso de tejido prostático sin dejar laceración residual, la absorción de líquidos es mínima y por lo tanto no produce hiponatremia dilucional, se puede practicar ambulatoriamente y se reduce el costo económico a pesar de que las asas más anchas son dos veces más costosas que las standard de R.T.U.

Tiene sus defensores, pero algunos como Gotoh y Col demostraron que un asa ancha trabaja bien, pero no mejor que la simple de tungsteno. Otras han reportado más alta incidencia de disuria, posiblemente por la aplicación de diferentes tipos de rodillos (acanalados, ranurados, espiculados) y por el uso de generadores de corrientes que pueden causar desecación (deshidratación) o necrosis de coagulación mas que vaporización. Claramente hay mucho que aprender acerca de la uniformidad de la técnica y no podrá ser la standard gold a pesar de provocar menos sangrado y similares resultados que la R.T. U. convencional.

7. Dilatación con balón

Utiliza balón 81F (27mm) con 3.5 atmósferas de presión por 10 minutos. Se deja sonda de Foley durante la noche. Se produce hematuria pasajera a las 12 horas. Se practica con sedación endovenosa y xylocaína uretral. Los resultados objetivos son variados, confusos e inconsistentes. Los resultados subjetivos se conservan por 6 a 12 meses en la mayoría de los casos.

8. Soporte stent prostatico

Durante los años 80, Fabián describió el uso de un soporte en la uretra prostática para aliviar la obstrucción. Ahora hay dos tipos de soporte disponible: el no expansivo (temporal) y el expansivo (permanente).

Los stent o soportes no expansivos incluyen la espiral prostática de acero inoxidable, recubierto opcionalmente de oro para evitar que se incruste, y un tipo de plástico. Ambos se introducen con un catéter gula bajo control ecográfico o fluoroscópico. Es de utilidad a carta plazo, requiere cambios periódicos.

Los stent expandibles se pueden recubrir excesivamente de epitelio produciendo obstrucción, pueden emigrar hacia la vejiga, se dejan en forma permanente. Se utilizan en pacientes añosos de alto riesgo.

9. Prostatectomia transuretral por láser
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La luz láser afecta el tejido vía generación del calor. La dosis quirúrgica de la energía láser liberada tiene tres características: poder, tiempo y área.

El poder es la medida de la cantidad de luz láser, expresada en watios (W), medida de calor. El poder para un periodo de tiempo (poder por tiempo) es energía, expresada en joules. La energía liberada sobre una conocida área quirúrgica (tamaño del lugar) es llamada densidad de la energía y equivale a la dosis. En términos relativos, baja dosis de luz láser produce efectos de coagulación y altas dosis produce vaporización. Un cambio de cualquiera de estos tres componentes puede producir alteraciones basadas en la ecuación. Dosis = poder x tiempo/área.

Técnicas de prostatectomía láser
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A. Prostatectomía láser inducida por vía transuretral (TULIP). Años 1993-1994 Produce mejoría de los síntomas urinarios con un significante aumento del flujo miccional pero con la desventaja de producir signos y síntomas irritativos por largo tiempo (2 a 3 semanas) necesitando en ocasiones sonda suprapúbica. Retención urinaria en un 20%, por tal motivo ha sido descontinuada del arsenal láser.

B. Ablación visual de prostata con láser (VLAP). Se aplican fibras de “No contacto” que se pueden recalentar y quemar si hacen contacto con el tejido. Son de Nd. Yag (Yttrium Aluminium-Garnet), de ángulo recto con disparo lateral. La técnica de coagulación usando 45 a 60 W por 60 a 90 segundos encada uno de los cuatro cuadrantes de la próstata es rápido de ejecutar, causa penetración profunda tisular y usualmente resulta una abierta amplia cavidad después de que la descamación se ha producido. Sin embargo el edema causado puede llevar a irritaciones miccionales e incluso a la retención urinaria pasajera. Esto ha disminuido notoriamente su utilización.

C. La técnica de vaporización contacto láser (TUEP). Aplica 80 watios por 30 a 45 segundos. Requiere una fibra de “contacto” con el tejido para asegurar máxima dosis de poder y largo tiempo operativo, hasta estar segura de haber hecho resección. Se evita el edema uretral y posible retención urinaria, especialmente para grandes próstatas. Hasta 1994 habían salido al comercio ocho tipos de fibras de contacto y no contacto, capaces de coagular y/o evaporar tejido. Para escoger la fibra el urólogo debe considerar varios factores:

La fibra debe ser compatible con la máquina láser disponible; por ejemplo: el Laserscope solamente aceptará fibras de laserscope ADD. Sin embargo algunas pueden ser usadas sobre casi cualquier láser de ND Yaq.

Cada fibra tiene un original efecto tisular, el cirujano debe elegir entre coagulación, vaporización o una combinación de las dos modalidades.

El urólogo debe estar informado del ángulo del rayo del extremo de la fibra, no convergente y ángulo de desviación, en orden de monitorear suficientemente la exacta colocación del rayo láser y el grado de destrucción del tejido.

El cirujano debe estar también enterado del eficiente potencial de la fibra, la degradación y pérdida del poder. Se deben considerar otras preguntas técnicas incluyendo:

1. Dosimetría: ajustando ambos, poder de operación y la duración de cada láser explotado.

2. Técnica de liberación: rastreo o rayo libre a los cuatro cuadrantes.

3. Concomitante mini R.T.U. combinando VLAP con canalización electroquímica del tejido obstruyente, para reducir la retención urinaria postoperatoria de grandes adenomas. Las fibras láser no son intercambiables, cada una tiene sus ventajas y limitaciones, no existe una fórmula única para el ideal VLAP, unas fibras son mejores para grandes próstatas, otras para pequeñas.

D. Láser intersticial de coagulación. También puede disminuir los síntomas irritativos aplicando la energía láser suburoepitelial intersticial que no resulta en escarificación. Excelente tolerancia con anestesia local o sedación. Se puede dar salida al paciente el mismo día del procedimiento. Se retira la sonda a los tres o cinco días. Sin embargo requiere una curva de aprendizaje y recientes estudios a los seis años muestran un porcentaje de retratamiento del 16%, más alto que la R.T.U.

E. Holmiun Yag Laser. Salió al mercado en 1994. Coagula y reseca simultáneamente pudiéndose aplicar a próstatas mayores de 70 gramos, con la asistencia de un morcellator tisular. Se trata de un láser pulsado de alto poder (60 a 80 W) con una longitud de onda cerca al espectro infrarrojo (2.140 n.m.). La capacidad de ablación es similar a la del láser de dióxido de carbono y la coagulación al Nd. Yag, Los resultados postoperatorios han sido comparados con los obtenidos por la R.T.U. con la ventaja de ser mínimo el sangrado, no hay absorción de líquidos, inmediato mejoramiento sintomático, menor tiempo de uso de sonda en el postoperatorio. En desventaja, el mayor tiempo quirúrgico 80 a 90 minutos. Requiere anestesia raquídea o general, no es un procedimiento de consultorio y los porcentajes de retratamiento serán consignados por estudios comparativos a largo tiempo, Esperados estudios son necesitados para saber si este procedimiento finalmente suplantará a la R.T.U. Se utiliza también en litotricia.

F. El KTP 1632 láser (Potassium Titanyl Phosphato ktp Neodynium). Causa rápida vaporización del tejido con mínima necrosis de coagulación. Longitud de onda de 532 nm. Se usa combinado con Nd. Yag, laserscope (Sta. Clara California) se ha utilizado para incisión T.U. de próstatas pequeñas (30 a 36W), no produce sangrado, ni eyaculación retrógrada, ni impotencia sexual. Se hace primero un canal con el KTP y luego completar con el Nd Yag para obtener profunda penetración. Se ha utilizado también para corregir válvulas uretrales posteriores de neonatos, en condilomas genitales, estrecheces uretrales y endoscópicamente aplicado en el tracto urinario superior.

G. El diodo láser. Con longitud de onda de 805 a 950 nm. Requiere menor poder para operar 60W máximo, menor costo de compra y mantenimiento. Se utiliza para circuncisión, verrugas de pene, estrecheces uretrales, tumores vesicales y prostatectomía. Con1 5 a 25W por contacto, con la misma fibra puede coagular y vaporizar.

H. Electrodo bipolar. Sistema R.F.T. Utiliza una aguja pequeña electrodo para inyectar solución salina hipertónica dentro del adenoma y al mismo tiempo libera energía de radiofrecuencia. Se pasa a través de un cistoscopio generalmente flexible. Se producen lesiones térmicas rápidas dentro del tejido (1 a 2 minutos). Está diseñado para que se pueda practicar en el consultorio con mínima anestesia. En la actualidad no ha experimentado pruebas clínicas sustanciales.

10. Extirpación t.u. intersticial de la próstata con aguja (TUNA)

Es un procedimiento mínimamente invasivo que toma menos de cuarenta minutos y se puede aplicar con anestesia local. Utiliza agujas (fig. 2) que liberan energía de radiofrecuencia continua (480 khz), producida por una caja generadora. 

Figura No. 2

El catéter TUNA consiste en un elemento de trabajo con controles corredizos. Las agujas son avanzadas en ángulo recto dentro del adenoma prostático a una profundidad por encima de 23 mm. La base de las agujas es blindada para proteger la mucosa uretral. Una pila termoeléctrica en el extremo del forro protector da una continua de coagulación comienza después de los 45'C, con rápida termoablación a los 60°C (un minuto). En el centro de la lesión la temperatura intersticial alcanza 80 a 100°C. La impedancia o resistencia de la aguja también es monitoreada. Un cojinete a tierra colocado sobre la región lumbar del paciente actúa como un electrodo conductor. Se produce cavilación intraprostática (fig. 3), permaneciendo la temperatura uretral en 42 °C. necesitando 900 a 1.400 joules de energía. Las estadísticas reportadas a dos años comparadas con la R.T.U. muestran mejoría objetiva y subjetiva similares, pero los parámetros urodinámicos son significativamente menores.

Figura No. 3

Ventajas: No requiere anestesia, algunos pacientes deben ser dormidos para evitar que se muevan durante el procedimiento. Puede no necesitar sonda en el postoperatorio por no producirse edema de mucosa. Preservación del cuello vesical (no-eyaculación retrógrada), no-incontinencia urinaria, no-impotencia sexual ni infección urinaria.

Las complicaciones más frecuentes: hematuria mediana, disuria mediana que se resuelve en 24 a 48 horas con antiinflamatorios, bajo porcentaje de retención urinaria y de orquiepididimitis. Todos los efectos colaterales parecen ser pasajeros y limitados. Aquellos urólogos que han podido comprar el equipo, ojalá publiquen sus resultados colombianos.

11. Ablación extracorporea de tejido prostático (Sonablate)

Dirigida por imagen ecográfica, fundamentada en el principio físico de HIFU o "high intensity focused 2/1-trasound” (fig.4).

Figura No. 2

Inicialmente se aplicó en animales (1988-1991) y en humanos en 1992. Se elimina la anestesia, no requiere sala de cirugía aséptica, no requiere hospitalización y no presenta riesgos de lesión uretral porque se aplica un transductor rectal. No requiere de catéteres ni fibras costosas, no implica entrenamiento ni genera problemas relacionados con la difusión térmica no controlada. El problema es que el equipo es bastante costoso hasta tal punto de que la casa productora exigía en 1994 un número determinado de procedimientos mensuales, para colocarlo en la capital o ciudades más importantes de Colombia. Promedio de peso prostático 40 gramos. Tiempo de tratamiento 15 a 40 minutos. Sedación y bloqueo periprostático con xylocaína al 1%.

A los doce meses estudios hechos por Uchida y Nakamura en el Japón utilizando el Sonablate 200 obtuvieron mejoría del score sintomático (AUA) 50%, Qmax = 51%, hematuria pasajera. No presenta síntomas irritativos, ni eyaculación retrógrada, ni impotencia sexual, ni incontinencia urinaria. Futuras aplicaciones: CA de próstata, tumores uterinos, CA renal, CA de hígado y páncreas. Se encuentra en experimentación.

12. Tratamiento farmacológico
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Numerosos estudios han demostrado que el desarrollo y la severidad de la clínica de la H.P.B., no se relaciona directamente con el tamaño de la próstata. La severidad de los síntomas se presentará cuando el crecimiento de su porción periuretral y el incremento en el tono del tejido muscular prostático ocasione una obstrucción a la salida de la orina. La terapia farmacológica, capaz de modificar el tono muscular liso, brinda no solo beneficios al paciente que presenta síntomas irritativos sino también a los que presentan síntomas obstructivos. La H.P.B. es un proceso que involucra principalmente aumento del estroma fibromuscular de la glándula, con predominio en una proporción de 3-5 a 1 sobre el epitelio. La porción muscular del estroma y la porción anterior de la cápsula prostática son ricas en receptores adrenérgicos. La estimulación de estos provoca contracción o aumento del tono muscular. Los receptores alfa 1 son más obundantes en la próstata y cuello vesical que en la vejiga y son susceptibles de ser bloqueados por agentes farmacológicos capaces de producir relajación  por lo tanto mejoría en el flujo urinario de salida en un 50%, segun Lepor. Los bloqueadores Alfa adrenérgicos deben ser comparados con placebo, tener una morbilidad mínima, ser aceptados por el paciente, no ser peligrosos para su salud, no intervenir en su sensación de bienestar o en su calidad de vida.

Se deben realizar estudios a largo plazo para demostrar su durabilidad, eficacia y seguridad comparada con otras opciones terapéuticas, al igual que la relación costo-beneficio para consolidar el uso o rechazarlo. Los bloqueadores Alfa son una opción aceptable en pacientes con síntomas urinarios molestos que no hayan desarrollado otras complicaciones.

La industria farmacéutica ha asumido que los Alfa 1 antagonistas constituyen el sub tipo de inhibidores más eficaces para la relajación del músculo liso prostático (efecto Alfa-1-a) y los sucesos advesos vasculares mediados por el efecto Alfa-1-b. Se desconocen los sub tipos Alfa 1 en la mediación de la presión arterial. Se debe tener en cuenta que a mayor edad mayor suceptibilidad a las complicaciones cardiovasculares.

El tratamiento debe ser dirigido por el urólogo quien decidirá que pacientes se beneficiarán clínicamente, teniendo en cuenta que muchos de los síntomas irritativos y obstructivos pueden ser provocados por diferentes causas que ameritan otro tipo de tratamiento y además este debe ser continuo y a largo plazo con controlada dosificación, según la respuesta objetiva y subjetiva.

Inhibidores de la 5 alfa reductasa

El finasteride es el único tratamiento hormonal que ha demostrado efectividad en reducir el volumen de adenomas prostáticos (18%) mayores de 40 gramos con síntomas molestos que no han desarrollado complicaciones. Se ha comprobado un efecto preventivo de la progresión del crecimiento benigno de la próstata, reduciendo la incidencia de retención urinaria aguda y la necesidad de una cirugía. Actúa en la conversión de la testosterona en dehidrotestosterona, inhibiendo la 5 alfa reductasa. El finasteride reduce los niveles de P.S.A (41%) en el suero y para corregir su cifra se debe multiplicar por dos. Su eficacia máxima se obtiene a los 6 meses y se puede mantener durante 6 años. Además de los beneficios de mejorar la sintomatología urinaria obstructiva se utiliza en el tratamiento del sangrado de grandes adenomas prostáticos y en el control de la calvicie (propecia). Los efectos adversos más frecuentes son en la esfera sexual (reducción de la libido y en menor grado disminución de la eyaculación y la impotencia). En ocasiones se abandona el tratamiento por los efectos adversos, por la ausencia de mejoría y por el alto costo de mantener los medicamentos. El seguimiento debe hacerse cada 4 meses, valoración de Q.max, el score sintomático de la AUA, el volumen prostático y la concentración del PSA. Un estudio a 4 años mostró reducción de la cirugía en un 6,5% y reducción de la retención urinaria en un 9%.

Fitoterapia - Agentes botánicos - Terapia natural

En Europa ha sido popular el tratamiento botánico desde hace muchos años, no así en los Estados Unidos. Estos productos en su mayoría parecen contener ácidos grasos, grasa libre de alcohol, tiriterpenos y esteroles.

No se muestran cambios en el PSA sanguíneo o en el tamaño de la próstata. No es de bloqueo hormonal. Entre nosotros se vende la serenoa repens; hay mejoría de la sintomatología, del flujo urinario y de la calidad de vida. Reduce las células MAST y provoca atrofia del epitelio dentro de la próstata ventral en experimentos con ratas. Induce la apoptosis e inhibe la proliferación celular. En otros productos naturales como extracto de saw palmetto herbal se comprueba su efecto por un mecanismo no hormonal, por involución epitelial específicamente en la zona transicional. Se sugiere el mecanismo que incluye la inhibición de la acción androgénica y efectos antiinflamatorios. El extracto de pygeun africano (3 beta-sistosterol), protege el músculo liso vesical contra las contráctiles anormalidades causadas por la obstrucción parcial de la salida de orina, produce mejoría en el porcentaje del flujo urinario, el score sintomático y la calidad de vida. Si el paciente se siente mejor con estos extractos, se deben aceptar y no añadir otros medicamentos. No se ha comprobado la eficacia combinando la serenoa repens con el finasteride. Muchos de estos productos se venden libremente en tiendas naturistas sin la evaluación y aprobación de la F.D.A

13. Hipertemia prostática (H.P)

Muy usada a finales del año 80 y comienzos del 90. Posteriormente fue abandonada por sus malos resultados. Inicialmente se desarrolló para tratar el cáncer de próstata.

Se somete al calor tisular de 42 a 45oC. Se caracteriza por una casi completa carencia de alteración del tejido prostático. Tratamiento por encima de 45oC corresponde a la Termoterapia. La destrucción de la próstata es dosis térmico dependiente.

La H.P. puede ser aplicada transuretral (H.T.U) o transrectalmente (H.T.R). El calentador T.R. es alcanzado por microondas, mientras el T.U. abarca el uso de microondas u ondas de radiofrecuencia.

H.T.R. Los parámetros objetivos son modificados dentro de los límites del efecto placebo, pero los resultados subjetivos están limitados significativamente mejor que el efecto placebo en un cuarto de los pacientes. Se puede considerar como no invasívo y falto de cualquier complicación. No alivia la obstrucción.

H.T.U. Aproximadamente un 25% de pacientes obtienen un efecto superior al placebo en términos de alivio de la obstrucción urinaria. Los resultados objetivos expresados en términos de score sintomático Madsenes moderado. Un lóbulo prostático medio grande disminuye la calidad de los resultados. Tiene complicaciones: dolor uretral, espasmos vesicales, sangrado uretral, infección urinaria, retención urinaria aguda.

Ninguna de las dos técnicas es suficientemente efectiva, por tal motivo se han abandonado.

14. La termoterapia

Utiliza microondas por la uretra para calentar el tejido prostático a alta temperaturas (45-80 oC) el principal aparato en este campo es el prostatrón. La mayoría de los estudios fueron ejecutados con programa de computación (Prostasoft 2) permitiendo alcanzar temperaturas de 45 a 55 oC. Sin embargo algunas máquinas usan ondas de radio frecuencia para alcanzar temperaturas del orden de 48oC. Un principio fundamental en la termoterapia es que se alcanzan mejores resultados con más altos consumos de energía pero a costa de una mayor morbilidad.

15. Sistema Prostatron

Viene siendo investigado desde 1989 en Europa, el Japón y EE.UU. tiene dos modalidades: el prostatrón con termoterapia 2,0 (fig. 5A) para alivio sintomático urinario, disminuye en un 59% el Score Madsen y mejora el porcentaje de flujo por encima de 5cc/segundo. 

Figura No. 5A
Prostratron termoterápia 2.0
Figura No. 5B
Prostratron termoterápia 2.5

El prostatrón 2,5 (fig. 5B), (150-200kj), con más alta energía para producir cavitación prostátíca y resolver la obstrucción. Disminuye el score Madsen en un 63%.

El aparato cuenta de una sonda de Foley con una antena de microondas que emite una frecuencia de 1296 MHz. La sonda incluye un sistema de enfriamiento diseñado para preservar el uroepitelio y permite alcanzar más altas temperaturas dentro de la próstata sin necesidad de anestesia. Durante el tratamiento las temperaturas del recto y la uretra prostática son continuamente monitoreados para que la temperatura rectal nunca supere los 42,5oC y la temperatura uretral los 44,5oC. La apropiada colocación de la sonda es determinada por ultrasonido transrectal. La sonda rectal consiste de tres termosensores de fibra óptica.

El poder se aplica comenzando con 20W. Y se va aumentando 5W cada 2 minutos hasta un máximo de 60W, interrumpiéndose automáticamente por los termosensores.

El tratamiento es ambulatorio con duración aproximada de una hora, libre de anestesia, no representa riesgo de incontinencia urinaria, no causa dolor en el postoperatorio, no alteraciones en la proctoscopia, no-contractura del cuello vesical, no estrechez uretral, no cambios notables en el residuo urinario, eyaculación retrógrada en muy bajo porcentaje. Los efectos colaterales fueron considerados menores y transitorios, el 36% necesitó cateterismo por 3 a 5 días a causa del edema causado por la termoterapia. Retratamientos menores del 10%. Hubo elevación rápida del antígeno prostático específico.

En el congreso de la A.U.A en San Antonio Texas en 1993 se expusieron resultados del prostatrón por urólogos de Holanda, Londres y Suecia con buenos augurios para la mejoría subjetiva y objetiva. En el congreso de la A.U.A celebrado en 1996 en Orlando Florida el Dr. Christer Dahlstrand y col. de Suecia manifestaron que los buenos resultados obtenidos 3 años atrás se habían reducido en comparación con la Resección Transuretral de la Próstata.

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